Tal y como estaba previsto, el príncipe Haakon, en su ejercicio de Regente durante los meses de convalecencia del rey Harald, presidió junto a su madre, la reina Sonia, y acompañado por su esposa, la princesa Mette-Marit, que espera su bebé para el próximo mes de enero, la entrega anual del Premio Nobel de la Paz, que celebrada hoy en el ayuntamiento de Oslo. Una ceremonia que ha transcurrido serena y apacible, especialmente después de los informes optimistas de los doctores sobre la recuperación del soberano. Después de la operación a la que fuera sometido el pasado 8 de diciembre para extraerle el tumor de vejiga, y según el parte médico, el rey Harald permanecerá convaleciente aún algunas semanas, pero volverá a reunirse con su Familia para estas Navidades.
Una apuesta por el diálogo Recibió este año el premio Nobel de la Paz: la abogada iraní Shirin Ebadi, por su defensa de la Democracia y de los Derechos Humanos, muy especialmente los de las mujeres y los niños. En una era marcada por la violencia internacional, la abogado, juez, conferenciante, escritora y activista musulmana ha defendido con rotundidad a lo largo y ancho de su país natal, Irán, y más allá de sus fronteras, sus principios pacifistas. A su juicio, es fundamental que el poder político supremo se establezca en una comunidad a través de elecciones democráticas y que la ilustración y el diálogo sean los únicos instrumentos válidos para cambiar actitudes y resolver conflictos.
