Mette-Marit: "Ante las cámaras de televisión, mi inteligencia se nubla”

Por hola.com

Quién más y quién menos, todo el mundo ha sentido alguna vez pánico escénico. En este sentido, y pese a su familiaridad con la prensa, los miembros de la realeza no son la excepción. Tal es caso de la princesa Mette-Marit que, según ha declarado a los periodistas noruegos, palidece cada vez que se encuentra frente a los objetivos de las cámaras de televisión. "Mi inteligencia se nubla por completo, las palabras se esfuman y mis gestos se agarrotan", declaró la Princesa a un rotativo noruego.

Una situación complicada para alguien que se encuentra continuamente bajo la atención pública y que, sin embargo, piensa que nunca vaya a poder superar. "Creo que nunca me acostumbraré a ser el centro de tantas miradas". Esta especie de fobia mediática no es pasajera, no. Nació el mismo instante en el que se convirtió en un personaje público, tras publicarse que era la novia del príncipe Haakon. Y aún perdura. Todavía hoy Mette-Marit tiene grabados en su memoria aquellos dos días de lágrimas tras descubrir su primera portada en un periódico.

Protegiendo a Marius
No obstante, lo peor es "ponerse delante de las cámaras", dice la Princesa. "Estoy muy incómoda en televisión. Tengo que hacer algo para corregirlo. Quizá practicar. Cuando estoy en un plató o respondiendo a un reportero en la calle, siento que pierdo rapidez mental, no encuentro las palabras adecuadas para expresar lo que quiero y mis gestos se agarrotan", dice Mette-Marit.

La Princesa tampoco soporta que los medios de comunicación persigan a su hijo, Marius. Por ello, y para proteger al pequeño de la persecución de los reporteros, la Princesa ha puesto ciertas barreras a lo que cree que debe ser la conducta de los medios. "Los hijos de los Príncipes deberían tener los mismos derechos que otros niños. Me pregunto qué sentirían estas personas si se hiciera lo mismo con sus familias: poner una cámara delante de la cara de sus hijos en una excursión de domingo".

Un día en la tele
Precisamente se vio obligada a superar su temor a las cámaras el pasado domingo, cuando Mette-Marit fue la invitada de excepción de un tele-maratón benéfico, cuyos fondos recaudados irán destinados a la organización benéfica Redd Barna y a proyectos de ayuda por todo el mundo. "Tenemos que enseñar a los niños a ser solidarios. Redd Barn da a los escolares de Noruega la posibilidad de ayudar a otros niños", dice la Princesa.

En mitad del pequeño caos de niños, policías y fotógrafos que se hubo formado, una vez finalizó el programa de televisión, Mette-Marit sacó un fajo de billetes que repartió entre los niños que llevaban las huchas de la recaudación callejera.