La Familia Real noruega conmemora el centenario del nacimiento del rey Olav

Por hola.com

Ayer fue, sin duda, un día de grandes celebraciones para los noruegos y, en especial, para su Familia Real. Después del bautizo de Maud Angélica -primera nieta de los reyes Harald y Sonia y número tres en la línea sucesoria a la corona noruega-, una sobria ceremonia religiosa y un almuerzo privado en las dependencias reales de Palacio a la que asistieron contados invitados, los descendientes del rey Olav volvieron a darse cita a las cuatro de la tarde para conmemorar el centenario del nacimiento del fallecido monarca.

Uno de los primeros actos, que tuvo lugar con tal menester, fue un servicio religioso en su honor, oficiado por el arcipreste Arne Svilosen, que congregó a 200 personalidades en la iglesia del palacio de Akershus. Algunas piezas de Handel se encargaron de rendir musicalmente tributo al rey Olav, que fue recordado durante la ceremonia como un rey del pueblo y de la paz.

"Cada encuentro con él era un homenaje a la vida"
Tras lo cual, la Familia Real y una serie de representantes de las instituciones noruegas asistieron, entre los cerca de 300 invitados, a la recepción que el Gobierno ofreció en los salones de Christian IV. "Fue el Rey de todo el país y todo el país era su hogar. No le costaba entablar amistad con la gente y su sentido del humor y su contagiosa alegría de vivir convertían cada encuentro con él en un homenaje a la vida", dijo el primer ministro Kjell Magne Bondevik en el discurso que pronunció durante la recepción.

A las siete y media de la tarde, el estrecho de Hankø se llenó de embarcaciones para homenajear al navegante Rey, Olav, y para ver, bajo la llovizna amenazante, a los soberanos noruegos y a sus familiares más cercanos rendirle honores a bordo del Noruega, que permanecía anclado en el lugar de costumbre.