El rey Harald se convierte en el padrino de bautismo de su primera nieta, Maud Angelica

Por hola.com

En la más estricta calma e intimidad -apenas 100 espectadores aguardaban en las proximidades del Palacio para ver a la Familia Real, que no dejó verse en público antes ni después de la ceremonia-, se ha celebrado hoy en la Capilla Real del Palacio el bautizo de Maud Angelica, la primera nieta de los Reyes Harald y Sonia de Noruega y número tres en la línea sucesoria a la corona noruega.

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Con un precioso traje de cristianar de color beige, que ha sido llevado por todos los descendientes del rey Olav y hecho por la princesa Ingeborg en 1920, la pequeña Maud Angélica, en brazos de su abuelo materno, el rey Harald, recibió esta mañana las aguas bautismales de mano del obispo Gunnar Stålsett y bajo la atenta mirada de 200 ilustres invitados -entre 30 y 40 empleados de palacio.

Siete padrinos
Alrededor de la pila se encontraban también los padres de la pequeña, la princesa Marta Luisa y Ari Behn, y cinco de los seis padrinos restantes -a parte del monarca-: el príncipe Haakon, Anja Sabrina Bjørshol, hermana de Ari Behn; Marianne Ulrichsen y Kåre Conradi, padrinos de boda de la Princesa y Ari, y Trond Giske, uno de los mejores amigos de la pareja, que acudió con su hija y su compañera sentimental. La princesa Alexandra de Berleburg, hija de la princesa danesa Benedikte y madrina también de Maud Angelica por su buena amistad con Marta Luisa, no estuvo presente durante la ceremonia debido a su avanzado estado de gestación del que se convertirá en su segundo hijo el próximo mes de agosto, fruto de su matrimonio con el conde Jefferson.

Aunque hoy se trataba de la gran presentación en sociedad de la pequeña Maud Angélica -no ha sido vista desde su salida del hospital-, sus padres, la princesa Marta Luisa y Ari Behn, han optado por una celebración eminentemente privada: con sólo 220 invitados, en vez de los 300 que puede llegar albergar la Capilla Real, y accediendo a la misma por la entrada de palacio lo que impidió que los conciudadanos congregados pudieran ver a la niña ni antes ni después de la ceremonia.