El rey Harald y la reina Sonia de Noruega han comenzado una visita oficial de tres días a Bélgica cumpliendo la promesa realizada a los Reyes belgas durante el viaje que éstos hicieran a Oslo en 1997.
Los Soberanos noruegos fueron recibidos en el aeropuerto militar de Melsbroek por el Príncipe heredero belga, Felipe, y su esposa, la princesa Matilde (embarazada de cinco meses de su segundo hijo), que lucía un primaveral conjunto premamá. También por un viento huracanado, que pilló desprevenidos al rey Harald y a la reina Sonia a su llegada a Bruselas, el pasado martes. Tal fue así que una ráfaga de aire de gran intensidad hizo que Sonia de Noruega perdiera su gran sombrero durante la ceremonia de bienvenida en la plaza del Palacio Real.
Una ceremonia colorista, con Guardia de Honor y 170 caballos de la Guardia Real desfilando, ante los reyes Alberto II y Paola, que dieron la bienvenida a los invitados reales. Fue precisamente entonces, durante el saludo entre los Reyes noruegos y los anfitriones, cuando empezaron los problemas a la reina Sonia para retener su pamela al verse ocupadas las dos manos: una sujetando el ramo de flores y otra estrechando la de la reina Paola, momento en el que, ante el fuerte aire, el sombrero voló por encima de sus cabezas.
Presumiblemente por deseo expreso de su primo el Rey belga, Harald de Noruega dejó a un lado el uniforme de gala del Ejército -tradicional atuendo en sus visitas oficiales al extranjero- y vistió, al igual que el rey Alberto, un traje civil. La reina Sonia, por su parte, eligió para la ocasión un traje azul y un travieso sombrero blanco.
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