Mette-Marit no ha comenzado el año con muy buen pie. La Princesa ha sido, en los últimos meses, centro de atención y críticas en diarios y televisiones. Primero fue la difusión en Internet de un [escandaloso vídeo supuestamente protagonizado por ella], después el [manotazo a su marido] -los reporteros gráficos sorprendieron a la Princesa discutiendo con su secretaria, a la que señalaba con un dedo acusador y amenazante, y propinándole a su marido, el [príncipe Haakon], una ligera, aunque inapropiada, manotada después de que aterrizara en Karmoe (Noruega)-, seguido de tantas y tantas otras informaciones desfavorables a su persona. Y, ahora, vuelve a ser noticia de nuevo por sus desgracias. Y es que, tal y como informábamos ayer, Mette-Marit continúa hospitalizada en el Riskhospitalet de Oslo.
Según un primer comunicado oficial de Palacio, la Princesa ingresó la pasada madrugada del sábado a causa de una neumonía que contrajo durante su estancia en Salt Lake City. "La princesa ha sufrido una gripe durante sus últimos días en Salt Lake City y esa gripe mal curada ha generado una neumonía producida por una infección vírica".
Un segundo informe de Palacio, emitido por Sven Gj. Gjeruldsen, consejero de Información, anunció que [Mette-Marit] evoluciona favorablemente pero que, aún así, es aconsejable que permanezca algunos días más en el hospital para su total recuperación. "Mette-Marit está algo mejor pero seguirá hospitalizada algún tiempo".
Por este motivo, Mette-Marit no podrá cumplir con sus compromisos oficiales, entre ellos, asistir el próximo día 26 de febrero al 50 aniversario de la Casa de Conciertos de Oslo.
Nuevas hipótesis Sin embargo, a estas alturas -varios días después de su ingreso-, los medios de comunicación noruegos comienzan a barajar otras hipótesis sobre las posibles causas de su hospitalización. Muchos son los que cuestionan que una simple pulmonía sea la causante de su traslado en ambulancia, de carácter de urgencia y por la noche, a un hospital ya que la neumonía no afecta al paciente de forma repentina. Motivo por el que han proliferado algunas especulaciones que mantienen que la Princesa sufre, en realidad, alguna dolencia más grave.
El modo escurridizo y evasivo con que el príncipe Haakon, se enfrentó a la prensa cuando, después de permanecer 14 horas seguidas al lado de su esposa, abandonó momentáneamente el hospital -un rápido "Becklager!", "¡Lo siento!", fueron sus únicas palabras- ha dado más cuerpo a esta última hipótesis.
