Las fiestas navideñas han llegado al Palacio Grimaldi, donde Alberto y Charlene de Mónaco han retomado la tradición de inaugurar la decoración propia de esta etapa en compañía de sus hijos. Un espectáculo en el que el soberano y su familia han visto cómo su hogar se convierte en un rincón del Polo Norte

Cuando han salido al patio del palacio, las reacciones de Jacques y Gabriella de Mónaco han sido muy divertidas y espontáneas. No dejaban de mirar a su alrededor, sorprendidos por el gran cambio y por sus nuevos vecinos: unos simpáticos pingüinos de luces, con gorro y bufanda

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Al acto no ha faltado Papá Noel, que ha entregado juguetes y bolsas de regalo a los niños que han acudido a la residencia de la Familia Principesca. La princesa Gabriella ha ejercido de perfecta ayudante

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Jacques y Gabriella de Mónaco, junto a sus padres, han ejercido de anfitriones con otros niños como ellos que han recibido sorpresas y regalos durante la jornada. El príncipe Alberto lucía una tirita en la cabeza

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La princesa Charlene, muy atenta a la reacción de su hijo al ver convertido el Palacio en un auténtico cuento de Navidad con nieve, animales, regalos ¡y muchos invitados!

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Jacques y Gabriella de Mónaco no han dejado de compartir divertidas confidencias durante el acto. Los mellizos, que acaban de cumplir ocho años, "se quieren y se protegen mutuamente y comparten una inmensa amabilidad entre ellos" según ha indicado su madre. "Tienen un vínculo bastante único", ha indicado en Nice-Matin

La princesa Charlene ha estado hablando muy cariñosa con los niños que se han acercado al palacio para celebrar esta antesala de la Navidad y ver la increíble decoración que han instalado en el patio

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La princesa Charlene, en todo momento hablando con los niños a los que han entragado unas bolsitas con chocolatinas y otros detalles. La esposa del soberano monegasco ha apostado por un original abrigo capa color azul

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Para la princesa Charlene son unas navidades muy importantes ya que puede disfrutarlas nuevamente en su hogar y rodeada de su familia. Hace justo doce meses estaba ingresada por voluntad propia en un centro de Europa para recuperarse del agotamiento que le produjo una grave infección otorrinolaringológica