El pasado verano, en el mes de agosto, el príncipe monegasco se desplazó junto a sus dos hijos, los príncipes Jacques y Gabriella, de 6 años, para reencontrarse con la princesa Charlene, un gesto que sirvió para acallar los rumores de distanciamiento que se habían levantado desde que la exdeportista llegó a Sudáfrica