Según los funcionarios, se mostró tajante y les instó a abandonar inmediatamente la propiedad, hasta el punto de agarrar a uno de los policías, que se defendió arrojando al jefe de la casa Hannover al suelo. Seguidamente, Ernesto de Hannover les habría amenazado con un arma blanca de 30 centímetros de longitud mientras seguía golpeándoles en la cara