Los gestos de una madre comienzan en el mismo embarazo. Charlene de Mónaco ha dado muestra de algunos durante su visita a Nueva York junto a su marido, el príncipe Alberto, con motivo de la 69ª Asamblea General de la ONU y los actos que la acompañan. La Princesa dedicó hacia el bebé que espera para finales de año continuas muestras de cariño: tiernas miradas y caricias a su ya por fin abultada tripita durante el último compromiso de su viaje, la Séptima Reunión Anual Mundial sobre Autismo, al que asistió invitada por Ban Soon-Taek, la esposa del Secretario General de Naciones Unidas, Ban Ki-moon.
La felicidad de la maternidad asomaba ayer a la sonrisa de la Princesa, que ha lucido por primera vez embarazo durante su visita a Nueva York. Hasta el momento apenas se le notaba su estado a la princesa Charlene, que en sus apariciones optaba por vestidos sueltos que no se ajustaban a su figura, pero estos días de estancia en la ciudad estadounidense ha cambiado los habituales modelos holgados por conjuntos más entallados, revelando así su cada vez más sobresaliente perfil.
La vida se abre camino y la Princesa agota los últimos tres meses de su dulce espera dando siempre la mejor imagen de Mónaco. La princesa Charlene ha demostrado que la elegancia no tiene por qué estar reñida con un embarazo luciendo estilismos muy aplaudidos por los expertos como el esmoquin de su primer acto en Nueva York o el vestido gris con abrigo a juego de esta última ocasión que ha lucido, eso sí, exultante de felicidad. Y es que los príncipes Alberto y Charlene redondean aquel sueño que comenzó con un ilusionado sí, quiero el 2 de julio del 2011, al convertirse en familia.
