Alberto de Mónaco, 'de incógnito' en Marbella con un grupo de amigos

Por hola.com

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Oculto tras unas gafas de sol, con una gorra y con un look playero, Alberto de Mónaco se ha paseado este fin de semana por las playas de Marbella como un turista más. Aprovechando los todavía cálidos rayos del sol de los primeros días del otoño, el soberano se lo pasó en grande combinando el deporte, con una jornada de sol, playa y buena comida, en compañía de un grupo de amigos.

Este es uno de los destinos turísticos de España más conocidos y allí hemos podido ver a Alberto II de Mónaco jugando al golf, divirtiéndose en los chiringuitos, donde comió los platos típicos de la zona, y relajándose dando paseos por la orilla, mientras hablaba por su teléfono móvil. Estuvo caminando entre las tumbonas y acercándose hasta el agua, donde metió sólo el pie y finalmente no se atrevió a darse un baño. Disfrutaron como cualquier grupo de turistas, pero aunque lo intentara, él no consiguió pasar desapercibido y algunas personas le reconocieron y no dudaron en acercarse a saludar.

 

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El pasado miércoles y el jueves, Alberto estuvo en Bruselas, junto a los príncipes Felipe y Matilde de Bélgica, para asistir a los actos de conmemoración de la International Polar Fundation, con la que está muy comprometido y que lucha por la conservación del Ártico. Y tras cumplir con los compromisos de su agenda en solitario, nada mejor que unos días en la Costa del Sol para desconectar y relajarse.

El Príncipe llegó a esta ciudad malagueña con un séquito de amigos, pero no con su mujer, Charlene Wittstock, quien se quedó en el Principado, donde asistió a una fiesta acompañando a su hermano.