Es habitual verla en el “front row” de las pasarelas más importantes de mundo viendo desfiles de los grandes diseñadores y cada día está más involucrada en la moda, un mundo en el que la introdujo su madre, Carolina de Mónaco, y en el que ha entrado con paso firme. Convertida en icono de estilo desde su adolescencia, Carlota Casiraghi parece haber heredado el glamour y la elegancia de su madre y tanto las grandes firmas, como las personas más influyentes de la moda cuentan con ella para todo tipo de eventos. El último de ellos ha sido la inauguración del primer Museo Gucci, que ha abierto sus puertas en Florencia, coincidiendo con la Semana de la Moda de Milán.
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Con un ajustado vestido de satén de color verde esmeralda adornado con flecos, los ojos maquillados del mismo tono y el pelo recogido en una coleta, fue llegar y convertirse en el objetivo de todos los flashes. Y como no podía ser de otra manera, su “look” al completo era de Gucci.
La firma ha cumplido 90 años y han querido celebrar tan señalada fecha inaugurando este museo, ideado por la directora creativa, Frida Giannini, y situado en el Palazzo della Mercanzia, en la Piazza Signoria, en el que se mostrarán algunas de las piezas más valiosas de la firma, muchas de ellas nunca mostradas al público, como piezas del archivo histórico de Gucci, complementos, documentos, fotografías…. Además de varias obras de Arte Contemporáneo financiadas por la Fundación Francois Pinault. Por eso, no podía faltara al cita Francois-Henri Pinault, marido de Salma Hayek y uno de los propietarios de esta firma de lujo, además de Patricio di Marco, presidente de Gucci.
La fiesta de cumpleaños comenzó con una cena en el Palazzo Vecchio, situado al lado del museo, en la que se dieron cita muchas personalidades, entre ellos la directora de la edición estadounidense de la revista Vogue, Anna Wintour, el empresario italiano Lapo Elkann, o las actrices Camille Belle y Gemma Arterton.
