Alberto de Mónaco y Charlene Wittstock: una Boda Real diferente

Se casarán por lo religioso al aire libre ante mil invitados y por lo civil en la más estricta intimidad del palacio Grimaldi ante sus 50 íntimos

Por hola.com

VER GALERÍA

 

Ninguna Boda Real es igual a otra, pero la de Alberto de Mónaco y Charlene Wittstock será distinta a todas. El soberano monegasco se ha saltado protocolo y tradición en los primeros preparativos nupciales con varios cambios de fecha hasta anunciar la definitiva (1 y 2 de julio) y la elección de un escenario outdoor (al aire libre) para la celebración religiosa. Detalles que desde ya apuntan a un enlace más personalizado y a la medida de los novios de Mónaco, a costa de algunas costumbres reales, pero sobre todo, y como es también su deseo, a uno más democrático que suponga una ocasión de verdadero júbilo popular.

Nuestras celebraciones sociales nos definen a veces mejor que nuestros propios actos o nuestras palabras. Y la pareja real ha querido que una de las más importantes de su vida sea para ellos y para Mónaco: se casarán por lo civil en la más estricta intimidad del palacio Grimaldi ante sus 50 íntimos y por lo religioso al aire libre ante mil invitados en una ceremonia, que no tendrá como decorado por tanto la catedral, sino el palacio, y que permitirá a un gran número de ciudadanos que, entre el centenar de testas coronadas, Jefes de Estado y otras personalidades ilustres invitadas al enlace, puedan ser testigos del feliz acontecimiento.

Habrá quien prefiera una Boda Real en Mónaco al estilo tradicional: unas nupcias reales bajo la cúpula de la catedral de Nuestra Señora de la Inmaculada Concepción, la misma en la que Raniero de Mónaco y Grace Kelly se dieron el sí, quiero el 19 de abril de 1956 y en la que hoy descansan sus restos. Pero el cambio de escenario tiene varios motivos de ser, según Point de Vue: primero, debido al limitado aforo de la iglesia para albergar al millar de invitados; segundo, al interés aperturista del Príncipe desde su entronización, que también tuvo como escenario la plaza del Palacio, y tercero, al ahorro de las continuas y odiosas comparaciones entre Charlene y Grace.

Antes de convertirse en Princesa, Charlene deberá superar algunas metas: su primer saludo desde el balcón del palacio Grimaldi con motivo de la Fiesta Nacional el próximo 19 de noviembre, perfeccionar su francés y conseguir unas relaciones fluidas con los medios de comunicación... Paso a paso hasta el altar.