Siguiendo la tradición familiar que se celebra todos los años por estas fechas, el príncipe Alberto de Mónaco invitó de nuevo a palacio a un grupo de niños de algunos colegios del Principado. El soberano monegasco estuvo esta vez acompañado por su hermana Estefanía, que se mostró encantada de poder ayudar a repartir regalos a sus invitados. La menor de los hijos de Raniero y Grace eligió para la ocasión un traje negro, mientras que su hermano se decantó por un traje oscuro, camisa azul y una original corbata en tonos naranjas.
[Alberto] y [Estefanía] han celebrado así de forma anticipada la Navidad. Ambos mostraron gran cariño hacia su pueblo y ejercieron de ayudantes de excepción de Papá Noel haciendo entrega junto a él de juguetes a los más pequeños, que con tanta ilusión viven estas fiestas. Entre las sorpresas se incluyeron helicópteros de juguete, barcos pirata y camiones, aunque hubo también regalos para las madres más necesitadas, a las que entregaron unas bolsas donadas por Cruz Roja. No obstante, las imágenes más tiernas se produjeron cuando los hermanos Grimaldi repartieron regalos a las decenas de niños que se dieron cita en la residencia oficial del monarca, a algunos de los cuales tomaron en brazos en un tierno gesto que pocas veces hemos visto en pasadas recepciones navideñas.
Después de este acto en Palacio, los Príncipes se trasladaron a un colegio de Montecarlo para asistir a un recital de Navidad. El monarca y su hermana saludaron a los niños y los profesores que imparten clases en este centro y posaron junto al gran árbol de Navidad para dejar constancia de esta visita Real. Sin duda un día que los más pequeños no olvidarán.