Alberto de Mónaco celebra sin Charlene el Día Nacional y su aniversario como soberano

El Príncipe estuvo arropado por sus hermanas y sobrinos en los actos conmemorativos

Por hola.com

Los Grimaldi, encabezados por el príncipe Alberto, han celebrado juntos un año más el Día Nacional del Principado. Parece que el deseo de Raniero de Mónaco de ver unida a la familia, lo ha conseguido definitivamente su sucesor, Alberto II, que ha celebrado su tercera festividad nacional como soberano, arropado por sus hermanas y sus sobrinos, compareciendo todos como una gran piña ante los miles de ciudadanos monegascos en los actos programados. Los principales miembros de la familia juntos menos uno: Charlene Lynette Wittstock. La ausencia destacada de la novia del príncipe Alberto, pese a los insistentes rumores de que podría hacerse público en breve su compromiso, ha vuelto a poner de manifiesto que el esperado anuncio no será tan inmediato como presumían admiradores y expertos reales.

Después de asistir a una emotiva misa de acción de gracias en la catedral monegasca, Alberto de Mónaco se ha asomado al balcón principal del palacio de los Grimaldi para saludar al nutrido grupo de conciudadanos que ha acudido a felicitarle (celebraba su segundo aniversario como soberano). Como decíamos, junto a él han estado sus hermanas, las princesas Estefanía y Carolina de Mónaco, esta última acompaña de su marido, Ernesto de Hannover, y la hija de ambos, la princesa Alejandra, así como también sus sobrinos Carlota y Pierre Casiraghi. En esta ocasión tan especial, como no podía ser de otra manera, las princesas Carolina y Estefanía volvieron a hacer alarde de su elegancia. Carolina eligió un dos piezas granate con chaqueta de corte clásico y manga abullonada que combinó con un sombrero gris estilo retro, y Estefanía, un traje con aplique de encaje gris azulado. Reinaron también Carlota, con un conjunto de Chanel, por bella, y la hija pequeña de la princesa Carolina, Alejandra, que hizo las delicias de todos con sus ocurrencias. Los festejos culminaron por la noche en la ópera de Montecarlo, con la [Familia Real monegasca] vestida de largo, y un castillo de fuegos artificiales en el puerto.