Que Andrea Casiraghi y su novia, Tatiana Santodomingo, sean una sólida pareja no quita para que, como todos los mortales, discutan de vez en cuando. A lo largo de los últimos siete veranos, la isla de Ibiza no sólo ha sido el escenario estival donde hemos visto consolidarse su amor, también en el que hemos sido testigos de alguno de sus enfados.
Dulce reconciliación El primogénito de la princesa Carolina de Mónaco se mostró un poco acalorado mientras charlaba con su novia en un chiringuito de la playa. Tanto que tuvo que levantarse de su asiento para proseguir la discusión. Finalmente, el sofocón se quedó en nada y la pareja continúa feliz y enamorada disfrutando junto a unos amigos de estos días de descanso en las paradisiacas playas ibicencas.
Dicen que el lado más dulce de las riñas de enamorados son las reconciliaciones, y [Andrea Casiraghi] quiso celebrar la suya con Tatiana Santodomingo con un paseo a solas. Durante la caminata, los vimos luciendo un aspecto muy moderno y de aire hippy como se acostumbra en la isla. A él, con un pareo y una blusa azul, y a ella, con unas grandes gafas retro y un vestido blanco minifaldero.
