Mónaco se llena cada año de glamour para celebrar con la llegada de la primavera el tradicional Baile de la Rosa, una cita benéfica ineludible para la alta sociedad monegasca que se reúne en un Sporting Club de Montecarlo cubierto de rosas. El escenario reúne, desde 1964 por expreso deseo de la princesa Grace de Mónaco, a todos los asistentes en una velada en la que destaca la elegancia y la sofisticación. En esta edición, marcada por un recuerdo presente en la mente de todos del fallecido príncipe [Raniero de Mónaco], los invitados disfrutaron de una noche caribeña y degustaron un delicioso menú jamaicano regado con champán francés. La velada costó a cada uno de los comensales 750 euros que se destinarán a la Fundación Princesa Grace a favor de los niños más desfavorecidos.
En el Baile de la Rosa todas las miradas se centran en la [Familia Real monegasca] y este año han sido los tres hijos de la princesa [Carolina de Mónaco] los grandes protagonistas, ya que ésta era la primera ocasión en la que [Andrea] (22 años), [Carlota] (20 años) y [Pierre] (17 años) asistían al evento. La belleza de Carlota no pasó desapercibida, quien eligió para su debut un vestido de [Chanel] de escote palabra de honor, adornado con plumas en la parte superior y en la falda, y un bolero negro, combinado con los zapatos. Como únicos adornos, Carlota lució un conjunto de pendientes y gargantilla. Remataron su look de fiesta para esta noche tan especial: un divertido recogido en coleta y un maquillaje muy natural. Sus hermanos, Andrea, acompañado por su novia, Tatiana Santodomingo, y Pierre, vistieron esmoquin. Los tres hijos de la princesa Carolina disfrutaron, junto a otros jóvenes del Principado, de una mágica velada animada con ritmos jamaicanos.
