Avalando el dicho popular de "hay imágenes que valen más que mil palabras", estas fotografías no necesitan comentario alguno. La malas relaciones entre las princesas Carolina y Estefanía están al orden del día. La familia Grimaldi conoce los detalles, la razón de un enfrentamiento tan visceral.... Y el mundo, aún desconociendo los motivos de tanto "desamor", reacciona con el corazón encogido viendo cómo el sueño de Mónaco se va destruyendo con el tiempo.
Nada es lo que fue. Ni siquiera en el mismo seno de la Familia principesca. Y lo peor de todo es que no está ni la princesa Grace ni el príncipe Raniero para poner orden. Carolina se apoya en sus hijos ya mayores; en su marido, un verdadero Príncipe de Hannover, y actúa en todo momento como una Reina. En cuanto a Estefanía, que sólo tiene a su hermano, el [príncipe Alberto] -sus hijos son todavía muy pequeños- se la ve todavía más sola y desamparada que antes de ser nombrada Primera Dama de Mónaco.
