Con una jornada que ha mezclado lo íntimo y familiar con el ceremonial y pompa de las grandes ocasiones, Alberto II se ha convertido ya en el nuevo soberano de los monegascos. Oficiosamente, el Príncipe está al frente del diminuto estado mediterráneo desde la muerte de su padre el pasado 6 de abril, aunque ha esperado al fin de los tres meses de luto oficial de la familia Grimaldi para proceder a la entronización simbólica. Con 47 años, Alberto se convierte en trigésimo primer Grimaldi que accede al trono detentado por su familia desde hace 700 años.
El príncipe llegó sobre las 12.30 a la catedral de Mónaco, donde reposan los restos de su padre, Rainiero, y de su madre, Grace Kelly, fallecida en accidente de tráfico en 1982. Vestido con un traje oscuro y corbata azul, con semblante distendido aunque no excesivamente sonriente Alberto bajó de un Rolls Royce acompañado por su hermana Estefanía. Detrás, en otro coche oficial del principado que lucía, al igual que el del Príncipe, el anagrama del nuevo monarca, llegaba Carolina junto a su marido, Ernesto de Hannover. A la comitiva le seguían los hijos de Carolina y los de Ernesto, no estuvieron presentes los de Estefanía, así como otros miembros de la familia.
"Alberto, jefe de nuestra familia"
Ya en la catedral les aguardaba a la puerta del templo el arzobispo de Mónaco, Bernard Barsi, quien ofició la solemne misa 'Te Deum', primer gran acontecimiento del día en el Principado y que marca el inicio del reinado de Alberto II de Mónaco.
En su homilía, monseñor Bernard ha pedido a Dios sabiduría e inteligencia para el príncipe asegurando que "Estamos alegres por la entronización del Príncipe Alberto y en la obligación de unirnos en torno al que preside a partir de ahora el destino de nuestro país", aseguró. Así mismo, el arzobispo recordó las palabras de Rainiero III, cuyo recuerdo, muy presente, ha emocionado en algunos momentos a sus hijos, cuando aseguraba que "la unión estrecha entre la familia principesca y el pueblo de Mónaco ha garantizado la independencia, la soberanía y la libertad del Principado".