Primeras imágenes de Estefanía de Mónaco y Mathieu tras la muerte del príncipe Raniero

Por hola.com

Un mes y medio separa ambas imágenes. Una imagen que cobra mayor relevancia, ya que se trata de la primera que se toma de la princesa después del entierro de su padre. Estefanía reaparece, y lo hace al lado del camarero Mathieu, el mismo hombre con quien fue fotografiada días antes del ingreso de su padre en la UCI. Entonces, en el rostro de la menor de los Grimaldi ya se vislumbraba la preocupación por el delicado estado de salud del príncipe Raniero. Rota de dolor apareció tras dar el último adiós a su padre. Después, Estefanía se recluyó durante varios días. No se le ha visto asistir a ningún acto oficial, privado o familiar. Se mantuvo apartada de todo y de todos. Ahora vuelve a reaparecer. Estefanía vestía con unos pantalones y una cazadora de "sport", aunque todo en riguroso negro, acudió al aeropuerto de Niza a recoger al joven Mathieu, que llevaba en brazos a un niño no identificado. A pesar del semblante serio de la princesa, al ver la llegada de Mathieu, una tímida sonrisa volvió a asomar en sus labios. La princesa sigue de luto, y se puede apreciar en su semblante las huellas del intenso sufrimiento de las últimas semanas. Su nueva relación sigue adelante. En su acompañante podría haber encontrado el hombro en el que apoyarse y en el que llorar. Y , quién sabe, quizá con el joven camarero encuentre las fuerzas para seguir adelante, quizá halle amparo en su tremenda soledad o quizá acierte en encontrar, al fina, la ansiada estabilidad que no ha atinado a hallar en vida de su padre.

El dolor y la profunda tristeza de la princesa
El dolor y la profunda tristeza de Estefanía en el funeral de su padre conmovieron al mundo. Rota de dolor, se hacía más patente su soledad. Los tres hermanos sentían auténtica devoción por el príncipe Raniero, en quien siempre encontraron un refugio tras la muerte de su madre, la princesa Gracia, en 1982. Estefanía era, sin embargo, el "ojito derecho" de su padre. Por ello se hace aún más evidente la tristeza de la benjamina de los Grimaldi. Pero Carolina y Estefanía ni siquiera enterrando a su padre fueron capaces de dejar a un lado sus diferencias. Caminaron juntas pero separadas por un abismo.