Álbum personal de Raniero de Mónaco comentado por él mismo.

Por hola.com

De aquella época también cuenta: "Con ocasión de la Fiesta Nacional, el puerto estaba ocupado por las casetas de la feria. Cuando mis hijos eran muy pequeños era obligatorio que fuéramos con Gracia. Era muy difícil que yo me subiera en los tiovivos, que te dan golpes por todas partes, pero a los niños eso les encantaba. Yo prefería los coches de choque. Pero los niños también querían "goffres" y manzanas de azúcar. Así que, mientras les esperábamos al pie de las atracciones, veíamos el azúcar escurrirse por nuestros dedos. Lo peor era el algodón de azúcar". Recuerda, por otra parte, que "a Gracia le encantaba filmar los momentos de nuestra vida familiar".

Las realizaciones
Tras las imágenes familiares vienen algunas de carácter diríamos oficial. Raniero elige momentos cruciales para el Principado, como el de la visita del general De Gaulle, la inauguración de la nueva estación o la visita que él y Gracia realizaron al Papa Juan XXIII poco después de la boda, los terrenos ganados al mar... Y hablando de los avances logrados bajo su reinado, comenta: "Estoy orgulloso de que este pequeño (por su superficie) Estado acoja festivales de renombre internacional en terrenos tan variados como las artes, el circo, la música, el ballet... Esto forma una parte importante de mi trabajo como soberano".
Y concluye: "Fuera de Mónaco, no sé dónde me hubiera gustado vivir. ¡Aquí hay de todo! En todo caso, no en una gran ciudad. Me gusta Nueva York, pero no para más de una semana. París, para cortas vacaciones. Cuando se vive al borde del Mediterráneo, uno se vuelve casero. Aunque no hubiera sido el soberano, yo podría decir fácilmente que Mónaco es el país más bonito del mundo".