Carolina de Mónaco hace oír su voz para ayudar a los niños de Filipinas

Por hola.com

Más tarde, fueron 300 niños de los albergues de Virlanie los que esperaron a la princesa Carolina en el Makati Coliseum para compartir con ella una comida festiva. Fue el apogeo. Benalyn, de cuatro años, y Aiza, de tres, procedentes del Albergue de la Madre y el Hijo, la recibieron con un ramo de flores. La princesa se inclinó hasta la altura de las dos niñitas y les dio las gracias con la ternura de una madre. Estas tres horas pasadas en medio de los niños estuvieron cargadas de emoción. El señor Mallonga, presidente de Amade Filipinas, subrayó que todos esos niños tenían la esperanza puesta en la princesa de Hannover. Totalmente conmovida, no pudo contener las lágrimas. La princesa Carolina quiso aprovechar este viaje también para acudir a los lugares contaminados por los desechos tóxicos dejados por el Ejército estadounidense en las bases filipinas de Subic Bay y de Clark Field, en la isla de Luzon, al Noroeste del país. Como presidenta de Amade Mundial, ella denunció por primera vez este drama, escribiendo una carta al presidente George W. Bush en agosto de 2002, para recordar a los americanos que ellos tenían una obligación moral hacia los filipinos, y que la limpieza de los dos sitios contaminados era un imperativo para el Ejército norteamericano. En la iglesia de Madapdap, llena a rebosar, la princesa se colocó en la primera fila rodeada de niños.

Entrevista exclusiva con Carolina en el corazón de Manila
Tras su impactante visita, luego de los días de emoción y dolor, la Princesa de Hannover accedió a responder a las preguntas de nuestra periodista en el hotel Makati Shangri-La, de Manila. En sus respuestas, sobre todo, como podrán comprobar nuestros lectores, hay preocupación y angustia, pero también compromiso y esperanza.

—Alteza,usted preside Amade desde mil novecientos noventa y tres. Esta es la primera vez que usted va sobre el terreno para la asociación.¿Por qué ha escogido Filipinas?
—Amade Filipinas es una Amade joven, muy activa, in situ. Sus activistas han demostrado tanto entusiasmo y seriedad que cuando me pidieron, en la última reunión de Amade Mundial, en abril pasado, que viniera a verles, consideré que era una buena idea venir aquí. Y, por tanto, acepté. Queremos acompañar a todas las delegaciones de nuestra asociación para animarlas. Y luego, ciertamente, estaba ese escándalo de la contaminación de miles de niños por los desechos altamente tóxicos abandonados por las antiguas bases militares de Subic Bay y de Clark Field. ABC Internacional, que es la Alianza para la Limpieza de las Bases, contactó con el señor Eric Mallonga, presidente de Amade Filipinas, y me envió una documentación. Acababan de ponerle al corriente de esa atrocidad. Habíamos hablado de ello en la asamblea general de Amade Mundial y decidimos lanzarnos a una campaña internacional contra las consecuencias de esa polución y, por tanto, pedir una reparación a Estados Unidos para descontaminar esas inmensas zonas, donde continúa viviendo mucha gente. Al mismo tiempo, sucedió que TMC difundió en agosto pasado el documental de Gilles Trichard sobre el tema.

—¿Está satisfecha del balance de este viaje?
—Debo decir que sí. Hemos conseguido que el Ministerio de Salud, por intervención de la Presidenta Arroyo, con quien me he reunido en una entrevista privada, se ha volcado en el tema de las prisiones para niños y en la organización general del sistema de detención de menores. Es decir, eso es ya una gran victoria. Y también hemos logrado que se interese por las "protecciones sociales".Por fin, las víctimas de Subic Bay y de Clark Field podrán, sin duda, beneficiarse de una cierta "bajada de bandera".Y creo que el Gobierno filipino va a apoyar nuestras medidas a nivel internacional con ese mismo espíritu. Por tanto, es una auténtica victoria para nosotros.