Carlota Casiraghi y su amiga Valentine, en la última competición hípica en París

Por hola.com

Coincidiendo con la publicación del nombre del joven austriaco con el que la princesa Carlota se mostrara especialmente cariñosa durante sus vacaciones en la estación invernal de Zurs (Austria), Hubertus Herring-Framkensdorf, la princesa amazona asistió, bellísima -como siempre-, a un acto público relacionado nuevamente con la hípica: el Campeonato Internacional de Salto de París.

Carlota estuvo acompañada por su íntima amiga, y compañera inseparable, Valentine Pozzo di Borgode. La joven, de 17 años, es descendiente directa de un conde italiano que fue consejero del zar Alejandro, y lleva el nombre de la que fuera esposa de éste -la bellísima Louise Valentine-, hija primogénita del duque de Crillón, de Mahón, y Grande de España.

Baile de las Debutantes del Milenio
Valentine, que vive en París con su familia, -son propietarios de un lujoso hotel- e hizo su debut el pasado año durante el espectacular baile de las Debutantes del Milenio en París, es dos años mayor que Carlota, pero también una joven muy respetada y querida por todos los Hannover.

Por ello, y a pesar de la diferencia de edad y experiencias, a la princesa amazona se le permitió asistir con ella a la celebración del primer aniversario de la perfumería Marionnaud -marca patrocinadora del equipo hípico del que es madrina la nieta del príncipe Raniero- en los Campos Elíseos, acto que coincidiría con la presentación social de la joven Princesa.

Reñida competición
Además de Valentine, también estuvo junto a la Princesa, el jinete Thierry Rozier, hijo del campeón olímpico Marcel Rozier, amigo de los Hannover y los Grimaldi y joven de toda confianza.

Presenciaron atentos los tres, Carlota y sus dos amigos -Valentine y Thierry-, cómo el sueco Rolf Goran Bengtssson, en una reñida y emocionante competición, se alzó con la victoria en el Gran Premio Rolex. Aunque la indiscutible protagonista de la velada fue, concursantes a parte, [Carlota, la bella], que una vez más fue paradigma de gracia, elegancia y glamour, cualidades con las que deslumbraron al mundo entero su abuela, la princesa Gracia, y su madre, la princesa Carolina.