La Familia Ducal de Luxemburgo preside la celebración de la Fiesta Nacional

La princesa Alejandra lució el mismo atuendo que vistió la princesa Máxima en uno de sus compromisos oficiales en Holanda

Por hola.com

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Si hay un día grande para la Familia Ducal de Luxemburgo, ese es sin duda la Fiesta Nacional de su país. Una feliz jornada en la que se conmemora el nacimiento del gran duque Enrique de forma masiva con conciertos, pasacalles... Los soberanos han puesto todo el empeño en que los festejos de este año brillaran como ningún otro y en lugar de celebrar el cumpleaños del Gran Duque en abril, como correspondería, se ha pospuesto su celebración a junio para poder disfrutar de un clima más benévolo. Todo un acierto, ya que, gracias al espléndido tiempo que estos días reina en el noroeste de Europa, los luxemburgueses han celebrado el señalado día a lo largo y ancho del pequeño gran ducado.

La Familia Ducal luxemburguesa celebró este año el Día Nacional en dos localidades. Por un lado, los Grandes Duques se trasladaron a Diekirch, una villa que celebra este año su milenario origen, en donde pudieron disfrutar de una jarra de la célebre cerveza de trigo que se produce en esta localidad. Por otro, el príncipe heredero Guillermo y su hermana, la princesa Alejandra, se dirigieron a Esch, donde fueron recibidos por una legión de admiradores reales. Centenares de ciudadanos tuvieron oportunidad de ver a la Princesa convertida en toda una mujer con una creación de la firma Natan, la casa de modas que también frecuentan Máxima de Holanda y Matilde de los belgas. Tanto es así que en más de una ocasión las Princesas del Benelux han coincidido con el mismo atuendo en el mismo acto oficial. Esta vez coincidieron en la distancia: la joven lució el mismo conjunto que la Princesa de Orange en uno de sus compromisos del mismo día, pero en Holanda.

 

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Pero antes de que la comitiva ducal se separara -los actos conmemorativos habían comenzado a las diez y media de la mañana en la capital-, la Familia Ducal al completo asistió a la tradicional misa Te Deum que da solemne inicio al Día Nacional. Tampoco faltaron el príncipe Luis y su esposa, la princesa Tessy, muy elengante de negro y con tocado de pluma, y el príncipe Sebastián. Tras el servicio religioso, y ya en el exterior de la catedral, se produjo la salva de artillería en honor del Gran Duque, que presidió, a continuación, la parada militar en la Avenida de la Libertad, la vía principal de la capital luxemburguesa.  

Los Grandes Duques pusieron el broche de oro a la jornada asistiendo por la noche al tradicional festival de fuegos artificiales con el que se pone fin a las celebraciones. Poco antes los soberanos habían recorrido varias calles de la capital acompañados del Alcalde, Paul Helminger. Trayecto durante el cual los luxemburgueses tuvieron la oportunidad no sólo de poder ver de cerca a los Grandes Duques, también de hablar con ellos. Enrique y María Teresa de Luxemburgo interrumpieron su marcha, no en pocas ocasiones, para conversar amigablemente con sus conciudadanos y recibir de ellos flores y otros obsequios. Un día grande para todos.