El gran duque Enrique y su familia pasaron un fin de semana de lo más ajetreado. Y es que Luxemburgo festejaba con innumerables actos el cumpleaños del Gran Duque que, al igual que en Holanda, Mónaco o Liechtenstein, se ha hecho coincidir con la celebración del Día Nacional. El soberano cumplió años en abril, pero la fiesta se ha trasladado a junio, como es tradición, para poder disfrutar de mejor tiempo. La abuela del Gran Duque, la gran duquesa Charlotte (nacida un 23 de enero), inició esta costumbre, que fue continuada por su padre, el gran duque Juan (nacido el 5 de enero). Entre la infinidad de eventos programados se incluyen desfiles por muchas localidades del país, por lo que la Familia Ducal se dividió para poder estar presente en muchos de ellos. En la capital, hubo fuegos artificiales, se celebró una misa Te Deum en la catedral así como una parada militar que congregó a miles de ciudadanos.
El príncipe heredero Guillermo y su hermano pequeño Sebastián no asistieron a ninguno de los actos debido a que están en época de exámenes, pero no faltaron el príncipe Félix, la princesa Alejandra y el príncipe Luis con su embarazada esposa, Tessy Anthony, que espera su segundo hijo para el otoño. En esta segunda aparición oficial en familia, tras su participación el pasado mes de mayo en las tradicionales festividades de la veneración de Nuestra Señora de Luxemburgo, la joven se mostró, de nuevo, muy integrada en su familia política y con el porte de una Princesa veterana en el oficio. Con aire distinguido, pero sin perder la frescura de su juventud, vistió para la ocasión un vestido corto premamá con estampado geométrico en tonos rosas, salmón y marrón, que combinó con un pequeño sombrero pillbox salmón, al estilo de Máxima de Holanda. Las damas de la Familia Ducal, la gran duquesa María Teresa de Luxemburgo y su hija, la princesa Alejandra, igualmente elegantes, se decantaron por vestidos de lana fría.
La noticia de la primera paternidad del tercer hijo de los soberanos sorprendió inicialmente a este pequeño Estado centroeuropeo, pero pronto fue acogida con calurosa espera ante la actitud de los jóvenes, que la asumieron con responsabilidad. Doce meses después, la pareja -convertida en familia, tras la llegada el 12 de marzo de 2006 del pequeñó Gabriel-, segura de la autenticidad y profundidad de los sentimientos que la unían, formalizó su relación ante la Iglesia. No obstante, antes, el Príncipe tuvo que renunciar a sus derechos dinásticos para poder casarse y así "conseguir una mayor independencia en su vida profesional y personal", aunque seguiría utilizando el apellido Nassau y mantendría el tratamiento de Alteza Real como Príncipe de Luxemburgo. Hoy, son un matrimonio feliz a la espera de su segundo hijo, que nacerá en otoño. La noticia sobre el segundo embarazo de la joven no se ha hecho oficial, pero con esta nueva aparición pública de la Familia se ha puesto de manifiesto el buen acogimiento que los Grandes Duques han dado a su nuera, Tessy, y madre de sus primeros nietos.
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