Como broche de oro a su primera jornada en Luxemburgo, los Grandes Duques obsequiaron a sus invitados reales con una cena de gala en palacio, en la sala plenaria del Parlamento que allí se encuentra. Durante su discurso, el Gran Duque Enrique señaló la influencia española de la arquitectura del Palacio, que data de 1574, con su fachada típica del Renacimiento español; habló sobre el pasado común de ambos países -los Países Bajos españoles- y sobre el futuro común en el marco de la Unión Europea, y rindió homenaje al rey Juan Carlos con alusiones a la "admirable labor" del soberano español y a su "gran valentía". También el Gran Duque Juan, que en 2000 abdicó en su hijo Enrique, estaba presente en la cena.
Los Reyes recibieron, igualmente, en su segundo día de estancia en Luxemburgo numerosas muestras de cariño. El centro antiguo de la ciudad se vistió de rojo y gualda, incluidos los arriates de tulipanes, y las banderas españolas ondeaban en los más emblemáticos rincones de la ciudad, como sobre el barranco Pétrusse o en el Palacio Ducal. Antes del almuerzo se produjo una visita al Museo Nacional de Arte e Historia, para la inauguración de la exposición "Pierre-Ernest Mansfeld (1517-1604), Príncipe del Renacimiento". La posterior comida fue ofrecida por el gobierno luxemburgués en el Château Bourglinster. Al final de la tarde se producirá, en el Teatro de la Ciudad, un encuentro con la comunidad española en Luxemburgo y después, en correspondencia con la hospitalidad de Luxemburgo, se ofrecerá un concierto en el Auditorio.
