A los actos del viernes, siguieron el sábado, por la mañana, la inauguración del museo de Arte Contemporáneo Gran Duque Juan; al mediodía, un picnic en el bosque y, por la noche, como broche de oro a los festejos, un espectacular banquete de gala en el castillo de Berg, residencia de los Grandes Duques, con el que éstos obsequiaron a sus familiares e invitados. La lista de miembros reales, que acudieron a Luxemburgo para arropar a los Grandes Duques en sus bodas de plata, se engrosó considerablemente en esta última jornada de celebraciones convirtiendo el aniversario en una gran cumbre de la realeza. Así, se sumaron los Duques de Lugo, en representación de la [Familia Real española]; los príncipes Felipe y Matilde, la princesa Astrid y su marido, el archiduque Lorenzo, de la Familia Real belga; el príncipe Hamzeh y princesa Noor, de la Familia Real jordana; la reina Beatriz, los príncipes Guillermo y Máxima y la princesa Margarita con su esposo, Pieter van Vollenhoven, de la [Familia Real holandesa]; princesa Nora, de la Familia Real de Liechtenstein, y la princesa Ana, de la [Familia Real inglesa], entre otros muchos procedentes de las Casas no reinantes que no quisieron dejar escapar la oportunidad de compartir esta ocasión tan especial con los homenajeados.
La nota más destacada de los actos conmemorativos fue la elegancia de los asistentes. Y es que, aunque en esta ocasión las damas no echaron mano de sus fabulosas joyas y tiaras, se vivieron igualmente en la ciudad de Luxemburgo días y noches de satén. Las Reinas y Princesas optaron por conjuntos coloridos para el día y largos vestidos de seda y gasa para la noche. Destacaron, entre otras, la puesta en escena en rojo de la Duquesa de Lugo -vistió un espectacular traje de Óscar de la Renta-; en blanco y negro, de la princesa Matilde -lució cuerpo y cinturón en negro y falda de corte princesa en blanco-; en oro y plata, de la Gran Duquesa y la nupcial de Rosario Nadal.
