Sophie de Liechtenstein, totalmente recuperada de un tumor cerebral

Por hola.com

La Familia Real de Liechtenstein está de enhorabuena. Y es que, según ha publicado la revista alemana Bunte, la princesa Sophie, esposa del príncipe heredero Alois desde 1993 y madre de cuatro hijos -príncipe Joshep (1995), Marie Caroline (1996), George (1999) y Sebastian (2000)-, se encuentra totalmente recuperada de un tumor cerebral que le fue detectado en Navidad. Razón por la que, asegura la publicación germana, ni ella ni su esposo asistieron a los acontecimientos sociales de la realeza de este último año y declinaron, asimismo, participar en otros eventos familiares.

Después de varios meses de tratamiento en Suiza, la Princesa fue sometida a una operación en la que le fue extirpado el tumor que, afortunadamente, resultó ser benigno y, ahora, según ha confirmado la propia Casa Real, se encuentra totalmente recuperada.

A un paso del trono
Una muy grata noticia que ha saltado a la luz pública apenas dos semanas después de que el Príncipe reinante de Liechtenstein, Hans-Adam II, anunciara que abandonará el poder el próximo 15 de agosto de 2004 (coincidiendo con la fiesta nacional) y que entregará el gobierno de su país a su hijo primogénito, el príncipe heredero Alois. Argumentó, para la toma de dicha decisión, que los proyectos de los que se encargaba están prácticamente concluidos y que, por tanto, tal y como manda la tradición, ha llegado el momento de abdicar.

Pese a que el príncipe Alois regirá los destinos del principado, su padre, el príncipe Hans-Adam II, continuará siendo la más alta autoridad del Estado. De hecho, éste mismo sucedió a su padre, Franz Josef II, en 1984, pero, sin embargo, no asumió la jefatura del Estado hasta su muerte en 1988.

Frente común
Recientemente, Alois, de 34 años, tomó parte activa en la campaña a favor de la [nueva Constitución] que redactó su padre para atribuirse mayores poderes y que fue aprobada en plebiscito por sus súbditos el pasado 16 de marzo con el 87,7% de votos a favor. El príncipe Hans-Adam II había amenazado con exiliarse en Viena con su familia si no obtenía plenos poderes. No hizo falta. Prácticamente la totalidad del país refrendó su propuesta. La reforma llevó al Consejo de Europa a iniciar un seguimiento en Liechtenstein para garantizar el cumplimiento de las normas.