Los consejeros de Estado están autorizados por ley a llevar a cabo la mayoría de los deberes oficiales del soberano, por ejemplo, asistir a las reuniones del Consejo Privado, firmar documentos y recibir las credenciales de los nuevos embajadores en el Reino Unido. Sin embargo, hay una serie de funciones constitucionales básicas que no se puede delegar como son los asuntos relacionados con la Commonwealth, la disolución del Parlamento, excepto por instrucción expresa de Su Majestad, la creación de los pares o la designación del primer ministro.