Reino Unido celebraba este lunes el Día de la Commonwealth, que conmemora la mayor mancomunidad de naciones del mundo. La ceremonia en la Abadía de Westminster congrega cada año a la Familia Real, pero en esta ocasión la reunión de los Windsor tenía un cariz más amargo, ya que suponía también el adiós de los Sussex como miembros senior de la Monarquía.
El príncipe Harry y Meghan Markle llegaban de los primeros, dado que no formaban parte de la procesión que acompañaba a la Reina al templo. El hijo de Carlos de Inglaterra, con el gesto algo serio, parecía ser muy consciente de que este acto marcaba un antes y un después en su vida. Meghan, con un espectacular vestido verde con capa y tocado, volvía a brillar en su esperado regreso a Londres como ya lo hizo en los Premios Endeavour, de azul, y en el Festival de Mountbatten, de rojo