Heredero desde los tres años. El príncipe Carlos (Charles Philip Arthur George) nació el 14 de noviembre de 1948 a las 9:14 de la noche en el Palacio de Buckingham siendo el primer hijo de la entonces princesa Isabel y el príncipe Felipe. Desde los tres años es el primero en la línea de sucesión al trono británico, tras el fallecimiento de su abuelo, Jorge VI, y ya entonces comenzó haciendo historia, ya que fue el primer heredero británico que presenció la coronación de su madre. Algunas biografías señalan que era una niño muy sensible y que tuvo una infancia un tanto solitaria marcada por una exigente preparación para convertirse en soberano, un papel que 70 años después sigue sin desempeñar ya que la reina Isabel II, a sus 92 años, se ha ganado el título de la soberana más longeva del mundo. 

El eterno Príncipe de Gales. Con cinco años Carlos de Inglaterra hizo en Malta su primera visita oficial al extranjero; estudió un tiempo en Australia; aprendió galés; estudio antropología, arqueología e historia en la Universidad de Cambridge, convirtiéndose en el primer heredero en cursar una licenciatura; aprendió a tocar el piano, la trompeta y el violonchelo llegando a actuar Trinity College Orchestra; y probó suerte con el teatro interpretando el papel principal en Macbeth. Un año después de terminar la universidad, en 1971, obtuvo sus alas como piloto de aviones y helicópteros de la Real Fuerza Aérea Británica, de la que es Jefe del Aire, además es almirante de la Marina Real, y fue el primer miembro de la Familia Real que completó con éxito el curso de entrenamiento del Regimiento de Paracaidistas antes de ser nombrado Coronel en Jefe del Regimiento en 1977. En definitiva, los 70 años del príncipe Carlos han sido una carrera de fondo en la que ha ido acumulado méritos en todas las áreas. En 1969, en una solemne ceremonia que fue retransmitida por televisión, fue investido por la Reina como Príncipe de Gales con las insignias de su rango y dignidad.

Soltero de oro. Hubo unos años en los que Carlos de Inglaterra fue el soltero con más brillo de las monarquías europeas, todo ello sin olvidar que no era uno más, era el Heredero a la Corona británica y por tanto el candidato de oro. Se cuentan leyendas, como que su tío abuelo paterno le aconsejó acumular romances hasta encontrar a la mujer perfecta, y se le atribuyeron relaciones con jóvenes de la aristocracia británica, entre las que destacan los nombres de Lady Sarah Spencer, que más tarde se convertiría en su cuñada, y la joven Camilla Shand, más conocida por su nombre de casada, Camilla Parker Bowles.

Su primer matrimonio. Poco queda por escribir sobre la historia de amor de Carlos de Inglaterra con la joven Lady Diana Spencer, a la que convirtió en Princesa de Gales el 29 de julio de 1981 en la que hoy sigue siendo la boda del siglo XX. Él tenía 32 años y ella 20 cuando se dieron el “sí, quiero”. Un matrimonio que hizo pública su ruptura en 1992 y que firmó el divorcio en agosto de 1996.

Eclipsado por Diana. Si hay algo que marcó los años del matrimonio fue la enorme popular que alcanzó Diana de Gales, llegando incluso a hacer sombra al hijo de la Reina, que llegó a bromear con esto en sus primeros actos oficiales juntos. La princesa se volcó, además de en la maternidad, en causas que hasta entonces habían sido ignoradas por la realeza y se ganó un hueco, hasta el momento infinito, en el corazón de los británicos.

La paternidad. Carlos de Inglaterra se convirtió en padre el 21 de junio de 1982 con la llegada del príncipe Guillermo, el 15 de septiembre de 1984 nacería Harry. Recientemente, gracias al documental que la BBC ha lanzado por el 70º cumpleaños del Príncipe, se ha podido conocer alguna de conversación privada con sus hijos. Ha sido el propio Harry el que ha revelado la reacción de su padre cuando se conoció que Thomas Markle no podía llevar a Meghan al altar. “Le pedí que lo hiciera y yo creo que él sabía lo que le iba a decir, inmediatamente me dijo ‘sí, por supuesto, haré lo que Meghan necesite, estoy aquí para apoyarte'. Para él fue una oportunidad de dar un paso al frente y ser ese apoyo, una forma de decir que estará allí para nosotros”.

La muerte de Diana. El trágico fallecimiento de la princesa Diana, el 31 de agosto de 1997, en París, marcó el inicio de los años más complicados, en los que la prioridad fueron los abatidos Guillermo y Harry y en los que el Reino Unido lloraba la muerte de su princesa favorita. De forma paralela para el Heredero comenzaron unos años de baja popularidad.

El amor de su vida. La llegada de Camilla en el año 2005 a la Familia Real británica no fue fácil, incluso se produjeron manifestaciones en contra en las calles de Windsor mientras la pareja se daba el “sí, quiero”. Con una opinión pública no del todo contenta con el segundo matrimonio del Heredero, Clarence House aclaró que llegado el relevo en el trono a Camilla se le otorgaría el título de “princesa consorte”. En este sentido, Dickie Arbiter, exportavoz de Buckingham, explicó recientemente a HELLO! que esa boda llegó cuando solo habían pasado ocho años de la muerte de Diana: “La sensibilidad iba en aumento y el título de princesa consorte fue visto como una medida que complacía a algunos, no a todos”. Sin embargo, Arbiter también explicó cómo desde entonces la opinión pública ha ido cambiando gracias al trabajo que ha realizado Camilla durante todo este tiempo. “La Duquesa con su trabajo se ha mostrado como un buen apoyo para su marido y para la Reina convirtiéndose en un activo para el país y para la monarquía. Por tanto, cuando finalmente llegue el día, Camilla tomará su lugar junto a su marido, no como princesa consorte, como reina consorte”, opinó el exportavoz real. Otro apoyo fundamental para la duquesa de Cornualles ha sido el que le han brindado los propios Guillermo y Harry. “Ella es una mujer maravillosa y ha hecho a nuestro padre muy muy feliz, eso es lo más importante. Guillermo y yo la queremos mucho”, dijo Harry según los extractos de la esperada biografía Harry: conversaciones con el Príncipe, haciendo hincapié en algo que a estas alturas parece obvio, Carlos y Camilla han protagonizado una innegable historia de amor.

Le cambia la sonrisa. Tanto el príncipe Guillermo como la duquesa de Cornualles, que tiene cinco nietos de sus dos hijos, han alabado a Carlos de Inglaterra en su faceta de abuelo. “Es brillante pero lo necesitaríamos más tiempo”, ha dicho Guillermo el documental Príncipe, hijo y heredero: Carlos a los 70 años, mostrando su deseo de que George, Charlotte y Louis pasen todavía más tiempo con él. Tras la noticia de que los duques de Sussex esperan su primer hijo, el Príncipe reflexionó sobre su preocupación por dejar a sus nietos “un mundo completamente contaminado”. Por otro lado, la duquesa de Cornualles ha dicho que sus nietos adoran a su marido y ha revelado el modo en el que se esmera para hacer las voces de los personajes de Harry Potter mientras les lee los libros.

Sus mejores años. En una Europa en la que la nueva generación de reyes han cumplido los cincuenta en el trono, como Guillermo de Holanda o Felipe VI, el hijo de Isabel II vive los años que se corresponderían con los de una jubilación dorada en tiempo de espera. “Aquellos que piensan que está deseando ser Rey se equivocan. No es algo que se muera por asumir, ya que inevitablemente surgirá tras el fallecimiento de su madre”, ha explicado uno de cineastas que han hecho el documental de la BBC. Independientemente del futuro que le espera y para el que lleva preparándose setenta años, Carlos de Inglaterra atraviesa ahora un gran momento. Por fin ha visto como el Reino Unido ha aceptado a la mujer que ama, es más, el tiempo ha demostrado que el corazón de ese Carlos veinteañero no se equivocaba y varios biógrafos reales han apuntado que aquellos que en los setenta consideraron que ese amor no era el conveniente erraron. Por otro lado, tras dos décadas de ver a sus hijos sufrir por la muerte de Diana, ahora contempla como sus heridas han cicatrizado, algo que los propios Guillermo y Harry verbalizaron con motivo del 20º aniversario del fallecimiento de la Princesa. Todo ello, unido a la felicidad que le han traído los nietos, tanto los pequeños Cambridge como los que están por venir, y una larga lista de causas que defiende con pasión, como  la lucha contra el cambio climático o la conservación de la vida salvaje, hacen que el eterno heredero tenga todos los ingredientes para una felicidad eterna.