Al funeral asistieron el príncipe Carlos y la Duquesa de Cornualles

Cocineros y granjeros de uniforme, aristócratas y la realeza... el cortejo fúnebre que parecía sacado de 'Downton Abbey'

En la despedida a la Duquesa de Devonshire participaron más de 600 trabajadores de sus propiedades rurales en diversos condados, vestidos con sus impecables uniformes

Por hola.com

Casi parecía que el tiempo había dado un paso atrás de un siglo. El funeral por la recientemente fallecida Duquesa de Devonshire se convirtió en una multitudinaria cita en la que se congregó, no sólo la familia, miembros de la nobleza y la aristocracia, incluso de la realeza, sino más de 600 personas que trabajan en las grandes propiedades rurales de la Duquesa que, ataviados con sus uniformes, presentaron sus respetos. Flanqueando el camino por el que iba a pasar el coche con los restos de Deborah, Duquesa de Devonshire, que murió a los 94 años, se colocaron los trabajadores, con sus mandiles perfectamente planchados y sus uniformes impecables.

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La gran mansión de Chatsworth, que fue su residencia, cerró sus puertas, igual que los establos, restaurantes y la granja, todo el pueblo se volcó en la despedida. Nadie trabajó en un día de luto en el que todos dieron su último adiós a la que fue, en una época y junto a su marido, Andrew Cavendish, el 11º Duque de Devonshire, propietaria de un dominio de cerca de 72.000 acres de tierra (casi tres millones de metros cuadrados).

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Como si las tramas de la mítica Downton Abbey, que precisamente retrata la vida de los grandes aristócratas y sus propiedades en el campo en los inicios del siglo XX, se hubieran convertido en realidad, el féretro salió de la gran mansión para recorrer el camino hasta el cementerio. A pie le seguía una tremenda línea de personas que incluía además personal de sus propiedades en Irlanda, Yorkshire y Sussex.

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Entre quienes lo seguían estaban el príncipe Carlos y la Duquesa de Cornualles, además del exmarido de esta Andrew Parker Bowles. Los tres fueron grandes amigos de la aristócrata. Abriendo el cortejo estaba el hijo de Deborah, el 12º Duque, con su mujer y sus hermanas Lady Emma Tennant y Lady Sophia Topley. Para todos los que no pudieron entrar en el reducido espacio de la iglesia y cementerio, sólo accedieron unas 200 personas, se colocaron pantallas en el pueblo.

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Durante el servicio sonó una canción de Elvis Presley, How Great Thou Art, uno de los artistas que más le gustaban. Y es que la música tuvo también un lugar destacado en esta despedida: mientras el cortejo caminaba una banda tocó música de jazz y cuando se enterraron sus restos sonó New York, New York, de Frank Sinatra.

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Su tumba estaba junto a la de su marido, pero también junto a la de Kathleen Kennedy, la hermana del presidente John F. Kennedy, que se casó con el hijo mayor del 10º Duque de Devonshire. Una despedida, excéntrica a la par que original, a la medida de una aristócrata muy querida y que representaba unas tradiciones ya casi recordadas sólo en los libros de historia. Como no podía ser menos.