La ausencia de los Duques de Cambridge se nos ha hecho eterna, pero por fin la pareja ha realizado su primera aparición oficial conjunta desde su exitosa gira por Australia y Nueva Zelanda. Su visita de hoy a Escocia ha compensado toda la espera, los más de 30 días con sus más de 30 noches, al volver a ver a la duquesa Catherine como una auténtica reina de corazones.
La pareja real, que es conocida allí como el Conde y la Condesa de Strathearn, comenzó el día reuniéndose con miembros de la ambulancia aérea de Escocia, así como con los niños locales de los grupos Scout, Cadete y Brownie durante una visita al campus de la comunidad de Strathearn en el pequeño pueblo de Crieff. Desafortunadamente para los admiradores del príncipe George, el pequeño de diez meses no viajó y se quedó en casa con su niñera, aunque sus seguidores se mostraron igual de encantados de conocer a sus padres y le hicieron llegar varios peluches de regalo, uno de ellos con falda escocesa y todo.
La Duquesa, muy elegante con un abrigo rojo de Jonathan Saunders, un vestido a juego de Goat y sus zapatos favoritos de L.K. Bennett, era todo sonrisas. Brilló especialmente durante la serenata que interpretaron en su honor un grupo de gaiteros, todos vestidos con las tradicionales faldas escocesas; en su baño de masas con los entusiastas escoceses, así como en su encuentro con los seiscientos alumnos que anhelaban con enorme ilusión su saludo.
Más tarde visitarán la destilería de whisky de Malta más antigua de Escocia, fundada en 1775. Su última parada del día será en el pintoresco pueblo de Forteviot, donde asistirán a la fiesta local junto a numerosas personalidades locales. Nuevos compromisos en los que la Duquesa de Cambridge volverá a ser la Princesa que todos quieren.
