Podría decirse de ella que es una buena alumna, porque en los diez meses que han pasado desde su boda con el príncipe Guillermo de Inglaterra, la duquesa de Cambridge ha aprendido todo lo que necesitaba para cumplir con sus compromisos como miembro de la Familia Real inglesa, y ayer se estrenó en su primer acto en solitario. Y es que buenos maestros no le han faltado, porque se ha reunido en varias ocasiones con la reina Isabel II en el palacio de Buckingham para ayudarla a aumentar su confianza y darle algunos consejos.
Ayer estrenó su agenda en solitario, ya que el príncipe Guillermo se encuentra destinado en las islas Malvinas durante seis semanas, donde ejerce labores de rescate con las Fuerzas Armadas. Su debut fue en la National Portrait Gallery de Londres, donde presidió la inauguración de una exposición de retratos del artista Lucian Freud, fallecido en julio de 2011. No será la primera vez que la veamos colaborando con esta entidad, ya que ha sido una de las elegidas por la esposa del príncipe Guillermo para colaborar con ellas activamente, una lista que el Palacio de St. James anunció el pasado mes de enero coincidiendo con su 30º cumpleaños.
Tranquila y derrochando la simpatía y elegancia que la caracterizan, la princesa Catherine llegó al museo con un vestido de tweed de color blanco y gris por encima de la rodilla, con manga francesa, de la firma Jesire, y completó su "look" con un cinturón, zapatos Jimmy Choo de tacón y un "clutch" de color negro. Paseó por la exposición viendo cada una de las obras con la hija de Lucian Freud, Freud Bella, la fotógrafa Mary McCartney, hija del Beatle Paul McCarteny, y otros artistas como Jefferson Hack, con quienes estuvo charlando animadamente.
Si estaba nerviosa, supo ocultarlo muy bien, ya que en todo momento se mostró muy segura de sí misma, sabiendo que todas las miradas iban a estar puestas en ella, y puede decirse que ha pasado la prueba con nota. Ahora, después de este exitoso debut, su próxima cita será el 14 de febrero, Día de los Enamorados, que viajará a Liverpool para apoyar un proyecto de otra de las organizaciones sin ánimo de lucro en las que se ha involucrado, Action on Addiction. Visitará un bar donde no se venden bebidas alcoholicas y conocerá las historias de un grupo que intenta superar sus adicciones. Después visitará el Ronald McDonald House en el hospital infantil Alder Hey, donde se reunirá con los empleados, pacientes y padres de algunos de los enfermos que están en la unidad de oncología.
