La Navidad es tiempo de reunión, de solidaridad y de diversión. De todo hubo en uno de los últimos compromisos del año de la agenda oficial de los duques de Cambridge. El príncipe Guillermo y su esposa, Catherine, visitaron ayer en Londres el centro Centerpoint Camberwell, para acompañar y apoyar a los cientos de jóvenes que se encuentran sin familia y sin hogar.
La pareja colaboró en esta iniciativa solidaria con el buen humor que les caracteriza. Derrochó simpatía y participó en gran variedad de actividades. Los duques, remangados y con el delantal puesto, dieron una clase magistral de repostería. La pareja hizo centenares y miles de deliciosas cookies. Al enterarse de que era el 18º cumpleaños de Tasha Barbi, la duquesa de Cambridge le dedicó una galleta en forma de corazón: “¡Es tu cookie de cumpleaños!”.
La diversión no había hecho más que empezar. El príncipe protagonizó uno de los momentos más simpáticos de la visita cuando se unió al baile con algunos de los residentes. Vanessa Boateng, también de 18, le enseñó unos pasos, ante la divertida duquesa. “Mueve dos veces el hombro”, le indicó al príncipe Guillemo refiriéndose al movimiento de hip-hop que estaba haciendo.
Las confianzas eran comprensibles: el futuro rey es un viejo conocido. Colabora desde hace tiempo con el centro para los sintecho, una de las causas favoritas de la princesa Diana, que fue presidenta de honor de esta organización benéfica desde 1992 hasta 1997: “Recuerdo que mi madre nos llevaba a mí y a mi hermano, Harry, a visitar este centro cuando éramos niños", dijo el príncipe Guillermo acerca de la organización. “Yo era mucho más joven, más mono e inocente entonces, pero me ayudó a abrir los ojos al mundo al que tantos jóvenes de Londres se enfrentan”.
Tantas miradas acaparó el baile del príncipe Guillermo como el look de rompe y rasga de la duquesa Catherine: un entallado vestido de lana y cinturón que descartaba la visita de la cigüeña.
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