Un aire vaporoso y una caída que recuerda aquella de los peplos griegos, con sus decenas de pliegues perfectos y simétricos. Estas cualidades son las que podrían definir el vestido de Jenny Packham que la duquesa de Cambridge lució durante la cena de gala en ayuda del National Memorial Arboretum (NMA) Appeal, un proyecto en el que se recuerda a los soldados caídos en conflicto o a los que han fallecido como resultado de una acción terrorista desde la II Guerra Mundial. El vestido en tono plata reinventaba aquellos típicos de la Grecia clásica, ya que dejaba uno de sus hombros al descubierto pero cubría el otro con una manga ligera. Para marcar la cintura, un detalle en forma de lazada y como único adorno, su melena suelta y la flor roja, símbolo de esta causa, prendida en el vestido.
De nuevo su naturalidad y sencillez, acapararon todas las miradas de la velada y es que la princesa Catherine se ha convertido durante los últimos meses en uno de los iconos del saber vestir. Junto a ella, elegante con un traje oscuro de doble botonadura, pajarita y por supuesto la citada flor carmesí, estuvo el príncipe Guillermo que ejerció de coanfitrión. Poco antes de que diera comienzo el banquete, el príncipe pronunció un discurso ante los cerca de 120 asistentes al mismo en el palacio de St. James.
El evento estaba destinado a recaudar fondos para la citada causa en la que el príncipe está muy involucrado desde hace dos años, cuando se convirtió en el patrono de la organización. Además Guillermo es piloto de rescate de la Fuerza aérea real por lo que conoce a la perfección las rutinas y los peligros que entraña la acción militar. Precisamente se acaba de hacer público que la pareja pasará un período separada a principios del año que viene, durante seis semanas en los meses de febrero y marzo, ya que el príncipe completará su formación en las islas Malvinas.
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