La Corona de Inglaterra, entre la crisis económica y reformas de sucesión

Mientras el Tesoro británico deniega a Isabel II una ayuda financiera, el Gobierno se plantea abolir la prohibición centenaria que impide a los católicos reinar en la corte inglesa

Por hola.com

La vieja institución de la monárquica se adapta a los nuevos tiempos. La Corona británica, considerada una de las más conservadoras de Europa, también. Aunque no por iniciativa propia, sino del Gobierno inglés que se plantea abolir la prohibición centenaria, de 300 años de antigüedad, que impedía a los católicos acceder al trono, así como eliminar la primacía del heredero varón, sobre la mujer, en la línea sucesoria.

El diario The Guardian asegura que el diputado laborista Chris Bryant ha elaborado, a petición del Primer Ministro, Gordon Brown, una propuesta de reforma de aquellas leyes que garantizan que la sucesión a la corona británica sea protestante. Este proyecto legal, que de deberá contar con el consentimiento de todos los países de la Commonwealth, acabaría con la exclusión al trono de los católicos y de sus esposas, así como con la discriminación femenina -reforma que también se estudia desde hace tiempo en España. Permitiría, pues, reinar a los primogénitos de la [Familia Real inglesa] al margen del sexo, al eliminar la primogenitura del varón.

La crisis topa con la Corona
El Ejecutivo laborista querría aprobar la nueva legislación de forma prioritaria en un posible cuarto mandato. No tendría efectos retroactivos (no afectaría, por tanto, a la princesa Ana y el príncipe Carlos), pero se efectuaría su entrada en vigor a tiempo de que el príncipe Guillermo tuviera descendencia. De manera que, si el nieto de la [reina Isabel] tuviera primero una niña, sería ella la Heredera al trono y no un hermano varón que naciera después.

Pero son las arcas de palacio y no las reformas sucesorias las que de verdad quitan el sueño a la soberana. Y es que el Tesoro británico ha denegado a la reina Isabel el dinero que han solicitado en secreto sus asesores de finanzas. Los colaboradores reales han informado al Gobierno de que la inflación ha deteriorado la economía de la monarquía y que, por tanto, se necesita más dinero para financiar las actividades oficiales de la Familia Real, así como para el mantenimiento de sus diversos palacios y residencias. El Ejecutivo, en cambio, considera que la actual crisis económica no soporta ayudas para fastos reales.