Peter, romántico empedernido donde los haya, empezó a hacer sus planes seis meses antes de declararse el 28 de julio de 2007 a la antigua usanza con una rodilla clavada en el suelo. Los padres de Autumn fueron los primeros en conocer sus intenciones matrimoniales, que recibieron con sumo agrado. A continuación, puso en marcha la Operación Pedida (de mano) encargando un precioso anillo de compromiso de brillantes y oro blanco, valorado en más de 100.000 euros.
Una lluvia torrencial trastocó la sorpresa que Peter había preparado para el señalado día de la pedida: "Soy un romántico a la antigua, así que había planeado declararme en un globo (y si me decía que no, podría tirarla). No pudo ser por el mal tiempo". Peter siguió adelante de todos modos con su plan y, aunque en un escenario distinto, pidió a su novia que se casara con él en una romántica caminata bajo la lluvia.
"Peter me tiró el abrigo, literalmente, y me dijo que íbamos a sacar a pasear al perro. Se arrodilló bajo el aguacero y sacó el anillo de su bolsillo. Yo tenía un aspecto horrible, con mis botas de goma y el pelo empapado. Contesté ‘¡sí!’ inmediatamente. Estaba feliz aunque impresionada", recuerda Autumn.
