Autumn, calificada por sus compañeros de instituto como "generosa", "popular" y "buena amiga", tiene una naturaleza sociable, que probablemente le ha ayudado mucho en su adaptación a un nuevo país, así como al círculo real. "Autumn puede hablar de cualquier cosa con cualquiera," dice un amigo de la familia.
Aunque su pasado y orígenes son completamente distintos a los de Peter -ella nació en el seno de una familia de clase obrera, creció en un barrio dormitorio en el enclave anglófono de Montreal y asistió a una escuela pública-, tiene en común con su prometido, que fue educado en Gordonstoun, la misma filosofía de vida.
La joven, de 30 años de edad, comparte la pasión de su novio por el deporte. Su aficción comenzó en la escuela, donde ella destacó tanto en fútbol como en ringette -una especie de hockey sobre hielo típicamente canadiense.
A la belleza de Autumn se une su inteligencia. Se ha licenciado en una de las facultades canadienses más exigentes académicamente hablando, la Universidad de McGill. "Ella es más inteligente que yo, de lo que no estoy seguro es de que eso sea una cosa buena", bromea Peter orgulloso.
