El príncipe [Carlos de Inglaterra] y su mujer, Camila Parker-Bowles, no han querido conformarse con ver por televisión el desastre causado en Inglaterra por las intensas lluvias de estos últimos días. Por ello, armados de katiuskas, se han acercado a comprobar 'in situ' las consecuencias del temporal en las casas y en los barrios de alguno de los ciudadanos más afectados.
El heredero al trono británico y su mujer viajaron a Gloucestershire y Worcestershire, dos de las zonas más azotadas por los desbordamientos y a las que, en el peor momento de las crecidas, sólo se podía acceder por barco o helicóptero. Allí, el Príncipe de Gales y la Duquesa de Cornualles, impecablemente vestidos, se reunieron con familias a las que el agua había inundado las casas, entraron en las tiendas, charlaron con los vecinos y con los equipos de socorro desplegados por la zona e, incluso, tomaron el té en alguno de los puestos improvisados de bebida y alimentos.
La hora del té Mientras que la Duquesa de Cornualles prefirió quedarse hablando con un grupo de jóvenes, el Príncipe de Gales se mostró interesado por los destrozos que el temporal había causado en el pavimiento de ciertas calles. Ambos fueron invitados por varias familias a entrar en las casas para comprobar cómo la fuerza del agua había dejado los inmuebles.
Muchos vecinos de estas localidades, al enterarse de que el Príncipe de Gales y la Duquesa de Cornualles se hallaban en las proximidades, decidieron hacer un alto en sus tareas de achicadura para acercarse a saludar a la 'pareja real'. Algunos, incluso, y aprovechando la ocasión, portaron fotografías y portadas de revistas con la imagen del Príncipe Carlos para que éste les firmara un autógrafo.
