Después de que el Jefe de Estado Mayor del Ejército británico, el general Richard Dannatt, confirmara haber tomado personalmente la decisión de enviar al Príncipe Harry a Irak antes de que finalizara el mes de mayo, y tras haber retrasado su salida respecto a algunos de sus compañeros que fueron desplazados hace ya días para que hicieran una valoración objetiva de los peligros que supondría tenerle al mando de unas operaciones militares en primera línea de fuego, los mandos del Ejército han cambiado de opinión y han decidido dejar a Harry en casa. El propio general Richard Dannatt así lo ha confirmado hoy mismo, tras haber estudiado "in situ" las posibles amenazas y de haber recibido los últimos informes sobre la situación de los soldados ingleses y del riesgo que supondría para todos ellos la llegada del segundo hijo del Príncipe de Gales a Irak. Así lo contaba él mismo en el día de hoy al hacerse pública la noticia: "Tras una visita a Irak la semana pasada, tuve conocimiento de varias amenazas específicas, directamente relacionadas con el príncipe Enrique y sus acompañantes, y no estoy dispuesto a correr riesgos". Los compañeros de Harry habían encargado camisetas verde caqui con la inscripción en rojo de I´m Harry (Yo soy Harry) y una diana marcada a la altura de sus corazones. También, con el ánimo de protegerle, habían guardado en su mochila pelucas pelirrojas para parecerse un poco más al Príncipe... Y éste se había entrenado duramente pasando por todo tipo de situaciones intentando hacer realidad sus deseos: servir a su país al igual que sus hombres en terreno de combate. Finalmente, no ha podido ser a pesar de que éste contaba con el apoyo y el respeto de todos sus compañeros. Un cambio de planes ante el que, y según lo declarado por el general ante el Ministerio de Defensa, Harry se ha sentido "muy decepcionado".
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