El estilo de una novia real

Por hola.com

Cuando Kate Middleton desfiló en 2002 en ropa interior por la pasarela de un benéfico pase de moda estudiantil, no sospechaba que un día los editores de las revistas más prestigiosas suspirarían por incluirla en sus páginas y los diseñadores se desharían porque ella luciera sus trajes. Así ha sido. Pero lo cierto es que la estudiante de Bellas Artes de entonces, apasionada de los jeans, chaquetas y botas vaqueras, apenas se parece en estilo y apariencia a la que es hoy la novia del príncipe Guillermo. Cuatro años después, ya inmersa en el círculo real, el look de Kate ha dado un rotundo giro. Un drástico cambio que, según ha trascendido en la prensa inglesa, se ha logrado con la ayuda de algunos de los más hábiles estilistas.

EL EQUIPO DE KATE

  • La compradora secreta
    Leesa Whisker, nacida en Irlanda, es la discretísima mujer que se encarga de la imagen de Kate. Whisker, que colaboró como estilista de moda para un periódico antes de fundar su propia asesoría de imagen hace 3 años, se ha convertido en una de las figuras claves de la metamorfosis estética de Kate en pos de un papel más activo en la vida de la realeza.

    Su asesoría inicial de 735 euros consistió en un encuentro cara a cara con Whisker para definir qué estilos, colores, formas y tejidos le convendrían a ella. A continuación, la novia del príncipe Guillermo se sometió a un proceso de limpieza de su guardarropa, en el que Whisker orientó a la joven a guardar ciertas prendas y a desprenderse de otras. Con mucho tacto, la estilista le sugirió también cómo mezclar y conjuntar mejor la ropa que ya tenía y le indicó qué otras prendas faltaban en su vestidor. Desde entonces, Whisker visita con frecuencia el apartamento de Kate y, por cerca de 600 euros por día como compradora personal, lleva un perchero con ropa para que se la pruebe.

  • Los básicos de Kate
    Kate Middleton pasa al menos un día a la semana de compras en la londinense King’s Road, y casi siempre vuelve a casa con al menos una bolsa llena de adquisiciones. Además de Jigsaw y Kew, que se han convertido en sus firmas básicas, Kate compra en Whistles, LK Bennett, Harvey Nichols y Crew Clothing, tiendas que están especializadas en ropa clásicamente elegante -cardigans de cachemir, faldas y vestidos florales, jeans de mezclilla y trajes sastre-, y se inclina, asimismo, por los bolsos de Longchamp y Brics, cuyo precio oscila entre los 68 y 170 euros.