Isabel II introdujo una nueva raza de perro

Por hola.com

La soberana inglesa aprecia tanto a los animales que no concibe su hogar sin mascotas. Y no han sido precisamente pocas las que han disfrutado de las comodidades palaciegas. A lo largo de sus 53 años de reinado, Isabel II ha sido dueña de más de 30 perros corgi, raza canina preferida por Su Majestad. El primero fue un regalo por su décimo octavo cumpleaños, su nombre era Susan, y muchos de los corgis que tiene en la actualidad (Emma, Linnet, Monty, Holly y Willow) son descendientes de ella.

Unos de los perros de la Reina tuvo cachorros con Pipkin, un dachshunnd, perteneciente a la princesa Margarita; de ahí la aparición de una nueva raza, "dorgi", la suma de un corgi y un dachshunnd. En la actualidad, la Reina tiene cuatro "dorgis": Cider, Berry, Candy y Vulcan. Pero Isabel II también presta sus atenciones a otra raza de perro, como pueden ser los labradores o cocker spaniels. Por todos los británicos es sabido lo que a la Reina le gustan los corgi, por eso con motivo de su 80º cumpleaños muchos fueron los que lucieron por las calles londinenses globos con forma de perritos corgi, a modo de felicitación para Su Majestad.

A la Reina también la gustan los caballos. Su abuelo el rey Jorge V le regaló cuando tenía tan sólo cuatro años su primer pony, Peggy. Y todavía hoy Isabel II no ha perdido sus ganas de montar, haciéndolo en Sandringham, Balmoral y Windsor. También le interesa la cría de caballos y sobretodo las carreras, cada temporada la Reina presenta 25 caballos para competir, y durante 200 años los caballos de los Reyes de Inglaterra han ganado las principales carreras de Gran Bretaña.

Por tierra, aire o mar, la Reina los quiere igual
El rey Leopoldo II de Bélgica regaló a la [Familia Real inglesa] en 1886 palomas de carreras y la Reina ha querido continuar con la tradición de sus antepasados y por ello pertenece a la Asociación Real de Palomas de Carreras; en 1990 una de estas aves, participó y ganó en la Carrera Pau.

Existe un antiguo estatuto fechado en 1324 y firmado durante el reinado de Eduardo II, por el cual se establece que "también pertenecen al Rey ballenas y esturiones que se encuentren en los mares que el domine". Por eso si alguno de los "peces reales" es capturado a menos de tres millas de la costa puede ser reclamado en nombre de la Corona Británica. La Reina también es propietaria de 88 cisnes del río Támesis.