Manías y extravagancias de la Reina

Por hola.com

La Reina adora los cotilleos de la casa y su paje y ayudante principal la mantienen informada de todo lo que pasa (los últimos chismes sexuales arriba y abajo). Espera oír, y obtiene, todos los detalles sobre nuevas relaciones en Palacio, embarazos, peleas. Si escucha algo oficialmente que piensa que debía haberle llegado antes a través de uno de sus "espías", su malestar se hace patente. La "mirada" real es glacial y justificadamente temida por todos en el Palacio.

Nadie es imprescindible
La relación entre la Familia Real y sus sirvientes ha desconcertado a los extraños durante generaciones. Un sirviente con muchos años de servicio contó a Brian Hoey , autor de En casa con la Reina", que una de las lecciones más importantes que todo sirviente real debía aprender era que se les considera poco más ¾y a veces incluso menos¾ que cualquier otra posesión. Un mueble de valor inestimable no puede ser reemplazado, pero todos los sirvientes saben que si desaparecen, en una hora otro ocupará su puesto.

Por eso, sin excepción cumplen al detalle con todas las normas. No obstante, Su Majestad a menudo ha hecho la vista gorda cuando uno de sus sirvientes favoritos ha aparecido con ligeros signos de resaca.