Son jóvenes, guapos y príncipes. Por los hijos de Carlos de Inglaterra y de la princesa Diana suspiran en el Reino Unido (y allende sus fronteras) multitud de chicas en edad de merecer. Sin embargo, los príncipes, pese a su juventud, han demostrado que, al menos por ahora, no son hombres enamoradizos, sino de un solo amor. Los dos hermanos tienen actualmente el corazón ocupado con sendas relaciones, tan diferentes como ellos mismos y como las dos mujeres que los han conquistado. Y aunque poco a poco estos noviazgos se van consolidando, la propia juventud de sus protagonistas es quizá el principal impedimento para saber si estos, hoy por hoy, grandes amores prosperarán o se quedarán en eso: en el recuerdo de aquellos maravillosos años.
El príncipe Harry es el más impulsivo de los dos, y así reacciona también en su noviazgo. Según las palabras de su propio hermano, está ‘locamente enamorado’ de Chelsy Davy, una exuberante joven a la que conoció cuando él estudiaba en Eton y ella asistía al colegio femenino Cheltenham Ladies’ College, en Gloucestershire. Su romance comenzó en serio hace ahora un año, y desde entonces han protagonizado sonadas escapadas a Ciudad del Cabo (donde ella cursa sus estudios universitarios de Comercio y Economía) o a Mozambique, donde vive su familia.
El año pasado, Chelsy también se reunió con Harry en las vacaciones de éste en Argentina, pero fue durante la visita de ella a Highgrove, en febrero, cuando se ganó la aprobación del príncipe Carlos, poniendo su relación con Harry a un nivel más serio. Otra cosa es la opinión pública, que considera a la familia de Chelsy, de diecinueve años, un tanto controvertida para entrar en la Familia Real de mano de Harry, de veinte. Y es que su padre, Charles Davy, es uno de los grandes terratenientes de Zimbabwe, que posee el 1 por 100 de la superficie cultivable total del país y una importante empresa de safaris y caza mayor (HHK). Quizá lo que menos gusta a los británicos, y lo que más han destacado los tabloides, son los ‘fuertes vínculos que mantiene con el dictador del país, Robert Mugabe’, que tomó la decisión de marginar a los propietarios de tierras de raza blanca, medida que, por su estrecha relación, no afectó a Davy, a pesar de su origen británico.
