Después de tres décadas de amores clandestinos, el momento de la verdad ha llegado para ambos. Algo que, a buen seguro, la ya duquesa de Cornualles jamás se atrevió a soñar. Camilla ya no tendrá que esconderse del mundo para poder disfrutar de un momento de intimidad con el futuro Rey de Inglaterra y, probablemente, tampoco tenga que volver a soportar críticas ni desaires.
El cambio de vida de Camilla Así, el sueño que se veía como imposible de alcanzar ha ido dejando paso a una realidad que terminó por atraparles hoy 9 de abril de 20005, un día después de la fecha elegida por ambos hace dos meses, en el Ayuntamiento de Windsor donde acaban de contraer matrimonio civil. Y, ahora, es Camilla la que, sin duda, empezará a echarse a temblar cada vez que piense de qué manera va a cambiar su vida. Porque la duquesa de Cornualles sabe que ya no será tenerlo todo a cambio de muy poco, ni disfrutar de todos los privilegios sin renunciar a su libertad y a su independencia. Algo que valora tremendamente a sabiendas de que no es lo mismo tener que estar ahí, y enfrentarse junto al Príncipe a las obligaciones diarias, a poder decir en un momento dado: "desaparezco unos días. Necesito espacio para respirar". Porque a la nueva princesa de Gales, todavía una gran desconocida, es esa normalidad y anonimato lo que realmente le hace feliz, comentan aquellos que la conocen... Y "que no tiene ambición de convertirse en Soberana y a la que, en determinados momentos, le hubiera gustado desaparecer bajo la tierra... Una novia que, habiendo pasado por todo lo que ha pasado, todavía dice con frecuencia: ‘¡Dios mío todas las cosas que tengo que hacer por ti!’".
Una frase que, a buen seguro se habrá ido diluyendo con el paso del tiempo porque nadie puede dudar que para Camilla y el príncipe Carlos el día de hoy quedará señalado en su memoria como el más importante de sus vidas. Lo que ellos sienten y están viviendo en estos momentos forma parte de su historia personal y difícilmente lo compartirán con el resto del mundo.
)
)
)
)
)
)
