El Príncipe de Gales ha rechazado el consejo legal de sus abogados quienes, desde hace semanas, le recomiendan unánimemente que redacte un acuerdo prenupcial con Camilla Parker Bowles para poder proteger sus posesiones en el caso de que fracase su segundo matrimonio.
Los abogados del Príncipe han intentado convencerle de que llegue a un acuerdo económico con Camilla antes de la celebración de la boda -se casan el próximo 8 de abril-, pero el futuro Rey de Inglaterra se ha negado rotundamente a aceptar la propuesta porque, según sus palabras, "el matrimonio tiene que basarse desde el principio en la confianza y la buena fe".
Convencido de que su relación no acabará en divorcio En cualquier caso, ni Carlos ni Camilla son extraordinariamente ricos ya que, como bienes personales, sólo disponen de Highgrove, la casa de campo que vale unos 7 millones de euros y la de Witshire -propiedad de Camilla-, valorada en tres millones. Además, los 17 millones de euros que recibe el [Príncipe de Gales] al año del ducado de Cornualles -en pago por sus deberes reales y los de sus hijos- siempre quedarían protegidos en caso de divorcio porque pertenecen a la Corona.
Por otra parte, y según fuentes cercanas a Carlos de Inglaterra, él está convencido, después de tantos años de relación, de que su relación con Camilla no acabará en divorcio tal y como sucedió con su primer matrimonio.
La ruina del primer divorcio Una ruptura a la que tuvo que hacer frente, en 1996, pidiendo dinero prestado a la [reina Isabel] para proporcionar a Diana los 25 millones de euros que ésta le reclamaba, según ha comentado el entonces asesor financiero de Carlos. "La princesa Diana se llevó hasta el último céntimo que tenía. Me dijo que lo vendiera todo, todas las inversiones, para que pudiera darle el dinero. Se sintió muy desdichado. Ella le dejó pelado".
De lo único que tendría que preocuparse, entonces, el príncipe Carlos sería de lo que podría suceder si Camilla se quedara viuda, ya que al no haber acuerdo, ella sería su heredera y esa herencia pasaría a sus hijos, Tom y Laura. Por su firme reacción, sin embargo, no parece que esto le preocupe lo más mínimo. Quizá porque confía plenamente en Camilla y sabe que a sus hijos nunca les faltará de nada estando ella de por medio, o quizá porque sus hijos, después de haber heredado la fortuna de la princesa Diana y la de la Reina Madre, son infinitamente más ricos que él mismo.
