El príncipe Carlos ha estado a punto de tirar la toalla y cancelar su boda con su eterna novia, Camilla Parker Bowles. Después de más de tres décadas luchando contra viento y marea por legitimar su relación, el revuelo por los numerosos contratiempos de sus preparativos nupciales ha traído tantos quebradero de cabeza al [Príncipe de Gales] que, durante su reciente viaje a Australia, se ha visto desbordado por las circunstancias y con ganas de arrojar todo por la borda.
Pero las aguas han vuelto a su cauce. Su prometida ha logrado evitar que éste diera marcha atrás a sus planes de boda. Sus más estrechos colaboradores pidieron a Camilla que le convenciera de que siguiera adelante con el enlace porque, en caso contrario, la monarquía inglesa saldría igualmente mal parada. Asimismo, fuentes próximas al Príncipe de Gales dijeron también que "ha estado muy deprimido, por lo que cree toda una farsa montada en torno a su boda", pero que sería "inconcebible cancelar ahora la boda, cuando se han enviado ya unas 750 invitaciones".
Desde que se anunciara su compromiso matrimonial, los sobresaltos han sido constantes y los cambios de opinión, también. Así, tras comunicarse que el enlace del príncipe Carlos no sería televisado, Clarence House ha hecho público en un comunicado oficial que la bendición religiosa del matrimonio civil de la pareja sí será transmitida por televisión en directo.
La bendición religiosa será retansmitida A la boda real no acudirá la [reina Isabel] y seguramente tampoco lo haga su marido, el Duque de Edimburgo, ya que se encontrará fuera del país los días previos al enlace. Sin embargo, quienes sí serán testigos del sí quiero del príncipe Carlos y Camilla Parker Bowles son algunas de sus antiguas novias: Amanda Knatchbull, la primera mujer a la que le propuso matrimonio; lady Jane Wellington, hija del Duque de Wellington, y Lucía Santa Cruz, el primer gran amor del Príncipe durante sus años en la Universidad de Cambridge y quien, curiosamente, presentó a los novios. Asimismo, asistirán al enlace el famoso Mr. Bean, el actor Rowan Atkinson, y los príncipes Haakon y Mette-Marit, en representación de la [Familia Real noruega].
Mientras tanto, Camilla sigue absolutamente dedicada a los preparativos de la boda. Inspeccionó recientemente el registro civil de Windsor, en concreto, el estado de la sala donde se celebrará la ceremonia, posiblemente a propósito de los rumores que aseguraban que la estancia estaba algo descuidada. Sin embargo, en los últimos días, la sala ha experimentado un cambio de 180 grados. No sólo ha sido limpiada sino que además ha sido amueblada con macizas sillas de madera de roble. Camilla está muy satifecha con el resultado, según una fuente sin identificar. "Dijo que la sala es perfecta".
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