El príncipe Harry le ha regalado a su novia, Chelsy Davy, la pulsera africana, hecha de cuero y abalorios, según afirma la prensa inglesa tras ver a la joven fotografiada hace unos días con el mismo brazalete que el hijo menor del príncipe Carlos llevaba en el colegio de Eton. Este detalle y el hecho de que Harry le haya enviado, en torno a San Valentín, un ramo de flores a la bella joven de diecinueve años, nacida en Zimbabwe, son la prueba de que, aunque recientemente se había dicho que estaban distanciados, la relación sigue adelante. Es más: se ha sabido que, al parecer, Chelsy estuvo hace poco pasando dos semanas en Londres, y que se vio con el príncipe en casas de amigos y familiares, que prometieron guardar secreto en torno a tales encuentros.
Un brazalete de oro La pulsera, que era para Harry como una especie de amuleto, le costó al príncipe algo menos de una libra, según se ha podido saber. Chelsy, hija de un multimillonario, está estudiando, como se sabe, en la Universidad de Ciudad del Cabo, a unos 9.600 kilómetros de Londres. La joven, además de la citada pulsera, lleva un precioso brazalete de oro, en el que destacan un diminuto zapato y una estrella, y que, según algunos, pudiera ser el regalo que Harry le hizo el Día de los Enamorados, junto al ramo de flores, que costó 85 euros y estaba compuesto por rosas rojas y naranja, además de claveles, según dijo la florista Nicci Scholtz, quien, sin embargo, se negó a revelar el contenido de la dedicatoria que Harry mandó poner.
