El príncipe Carlos teme que su boda con Camilla le impida reinar

Por hola.com

El príncipe Carlos teme que su polémica unión matrimonial con Camilla Parker-Bowles le aleje definitivamente del trono. Así lo manifestó ayer el Príncipe de Gales durante su gira australiana, once años después de su última visita oficial al continente.

De esta manera, el Heredero dejaba claro, por primera vez, que es consciente de lo que arriesga con esta boda. No en vano, los numerosos contratiempos durante los preparativos nupciales han hecho cada vez más impopular este enlace real, así como sus protagonistas, y más probable la idea de que el [príncipe Guillermo], su promogénito, suceda a la reina Isabel como soberano.

Su viaje a las antípodas ha confirmado esta mermada popularidad. Y es que la visita del príncipe Carlos ha sido empañada a consecuencia de la presencia en el país de la princesa Mary de Dinamarca, nacida en Tasmania, y de la actriz australiana [Cate Blanchett], reciéntemente premiada con el Oscar como mejor actriz de reparto, ambas proclamadas por la prensa austóctona como sus verdaderas reinas.

Contratiempos hasta el altar
Pese a que apenas han transcurrido unas semanas desde el inesperado anuncio de su compromiso, la lista de desatinos a los que se ha visto expuesta la boda el [Príncipe de Gales] ha sido larga. Desde el cambio de escenario de la ceremonia civil al Ayuntamiento de Windsor, pasando por la investigación del fiscal general del Estado, Lord Falconer, sobre la legalidad del enlace civil de la pareja, hasta las continuas rectificaciones de las celebraciones nupciales hechas por la [reina Isabel].

La soberana inglesa ha llamado varias veces la atención a su hijo sobre su boda hasta el punto de decidir no asistir al enlace civil. Le exigió, entre otros puntos, que las celebraciones fueran discretas y que la lista de invitados se redujera al máximo. Pues bien, el número de asistentes ha disminuido considerablemente desde que la Reina anunciara que no tenía intención de asistir a la ceremonia civil de matrimonio del Príncipe de Gales y Camilla Parker-Bowles, prevista para el 8 de abril, y que optaba más bien por acudir a la ceremonia religiosa que se celebrará a continuación en la Capilla de San Jorge y a la posterior recepción en el castillo de Windsor.

Además, la Reina, que ofreció ayer una recepción en el palacio de Buckingham a un extenso grupo de músicos británicos, como reconocimiento a su contribución al desarrollo del sector musical de Reino Unido, pretende que la boda del príncipe Carlos y Camilla sea el primer enlace real de la era moderna que no se transmite por televisión. Un nuevo revés a los expresos deseos nupciales de su primogénito, que quiere casarse con una boda televisada. Si bien aún no hay nada decidido, según fuentes de Palacio, es prácticamente seguro que las cámaras no graben la ceremonia civil, mientras sigue abierta la posibilidad de que retransmitan la bendición religiosa. La última palabra corresponde, una vez más, a la reina Isabel, jefe supremo de la Iglesia anglicana.